Sr. Director: 
Ni en la II República con Azaña (murió sacramentado por el Obispo Pierre Marie Theas, en 1940), ni ahora con Zapatero, que parece no tener en cuenta el catolicismo de la mayoría de la población, España ha dejado de ser católica, frase que se atribuyó a don Manuel Azaña.

 

Según reciente encuesta del CIS, el 75% de los españoles se consideran católicos y el 18% va misa todos los domingos y más. ¿Habrá algún partido político o club con un seguimiento similar?  Las críticas machaconas contra la Iglesia Católica (seguramente porque defiende con firmeza la dignidad humana y, por tanto, la familia, la vida y una educación en valores positivos), me parecen injustas.

La Iglesia Católica es una Institución ante todo religiosa, pero que se derrama en la sociedad  en obras culturales y benéficas precisamente en razón de su fe y amor al hombre. El Presidente de Francia, Sarkozy, sabe reconocer la importancia de la Iglesia en la sociedad y para la sociedad: ve en el catolicismo un factor de equilibrio  y cohesión social y moral,  y en octubre de 2004 afirmó: El catecismo ha dotado de un sentido moral bastante afinado a generaciones enteras de ciudadanos. En tiempos se recibía educación religiosa incluso en las familias no creyentes. Eso permitía la recepción de valores necesarios para el equilibrio de la sociedad.

En diciembre de 2009, ha señalado el presidente francés: «Nosotros asumimos nuestras raíces cristianas. Sería una auténtica locura privarnos de la sabiduría de las religiones. Sería un crimen contra la cultura y contra el pensamiento (). Ha llegado la hora de pasar a una «laicidad positiva». Que tomen nota nuestros gobernantes.

Josefa Romo Garlito