• EEUU se enfada por el ataque de la aviación egipcia a Trípoli, a pesar de que El Cairo insiste en negarlo.
  • Los bombardeos responden a otra 'trampa' sobre el mapa de Oriente Próximo: es Qatar quien ha armado a las milicias islamistas libias.
  • La espiral de la tensión aumenta y también el fantasma de un conflicto entre las países árabes (Emiratos, Arabia y Egipto) y movimientos islamistas (Turquía y Qatar).

El Gobierno del El Cairo continúa negando el bombardeado de sus tropas a las milicias islamistas que combaten en la capital libia de Trípoli. El ministro de Exteriores, Sameh Shukri, ha asegurado que "lo que está circulando en los medios de comunicación sobre la intervención militar de Egipto en Libia son rumores", y ha subrayado su respeto por la "legitimidad del país", según informa el diario 'Al Ahram'.

EEUU, por su parte, confirma su versión de los hechos. Los portavoces del Pentágono y del Departamento de Estado, John Kirby y Jennifer Psaki, han insistido en que Egipto y Emiratos Árabes Unidos (EAU) han llevado a cabo durante los últimos días varios ataques aéreos en Libia sin habérselo notificado a Washington. Ambos países -El Cairo y Abu Dabi- son aliados armados por el Gobierno de Obama

El bombardeo egipcio sobre Libia se produce después de que las milicias islamistas hayan logrado este fin de semana tomar el aeropuerto Internacional de Trípoli. Los enfrentamientos en el país africano se desataron el pasado 13 de julio, después de que los islamistas se dispusieran a arrebatar el aeropuerto a otras brigadas de tendencia liberal, que controlaban estas instalaciones desde la caída del régimen de Gadafi. El nuevo Parlamento libio ha calificado de "terroristas" a las milicias islamistas.

No obstante, estos bombardeos forman parte de una lucha de poder a gran escala en la región, entre los autócratas árabes (EAU, Arabia Saudí y ahora Egipto) y los movimientos islamistas (Turquía y Qatar); estos últimos reforzados tras la Primavera Árabe.

La comunidad internacional intenta mediar entre ambos bloques para logar una solución pacífica al conflicto. Sin embargo, la decisión egipcia de impulsar un operación militar sin contar con el beneplácito de Estados Unidos, unido a la medida de Qatar de entregar armas y brindar apoyo militar a las milicias islamistas, hace temer lo peor: una nueva guerra en la región.

Daniel Esparza

daniel@hispanidad.com