Mientras los populares espetan los plazos para anunciar medidas económicas, los socialistas inician un debate público sobre su refundación

 

Las elecciones del 20-N han tenido efectos políticos. En el PP saborean su aplastante victoria mientras esperan con prudencia a que se consuman los plazos para su toma de posesión. No realizan declaraciones sobre lo que van a hacer porque todavía no tienen datos suficientes para ello y no saben qué se van a encontrar, sólo lo intuyen. Y es lógico que sea así.

Hoy, por ejemplo, el presidente del Comité Electoral Nacional del PP, Miguel Arias Cañete, señalaba que el Gobierno popular tendrá "que tocar todas las teclas del piano moderadamente", algo que no se podrá concretar hasta conocer las cuentas con detalle. Aunque "una de las cosas que sí hará es decir la verdad de la situación económica del país", ha señalado, para dejar claras las diferencias de talante con los socialistas a la hora de decir la verdad a los españoles.

Y mientras, en la acera opuesta, en Ferraz, el partido comienza a parecerse a un hervidero. Las declaraciones sobre el proceso interno que se va a abrir en el PSOE para salir del abismo se suceden. El ministro de la Presidencia en funciones, Ramón Jáuregui, apuntaba hoy a la renovación: "Hay personas entre los 35 y los 50 muy capaces. Yo creo que tienen que estar formando parte de lo que es el equipo directivo del futuro pero otra cosa es que salga alguno de ellos con potencia y con apoyos como para ser secretario general".

Por su parte, el secretario de Organización del PSOE, Marcelino iglesias, reconocía hoy que cree que Alfredo Pérez Rubalcaba optará a ser secretario general del partido. "La decisión la tiene que tomar él, pero yo creo que finalmente Alfredo tomará una decisión positiva". Y es que, a su juicio, el candidato socialista a los comicios generales del 20 de noviembre "ha demostrado no sólo estar a la altura, sino que ha demostrado que sin duda es uno de los que pueden hacer las cosas mejor".

Más voces socialistas: el senador y secretario general del PSOE en Castilla y León, Óscar López, considera que Alfredo Pérez Rubalcaba "está perfectamente capacitado para dirigir el PSOE". "Cuenta con el cariño y el respeto de los militantes y ha demostrado honestidad política e intelectual con un programa político que trataba de solucionar la crisis sin recortes en servicios públicos". López se ha descartado a sí mismo como candidato a la secretaría general del PSOE en el próximo congreso de su partido, que se celebrará el próximo mes de febrero.

Otro que se ha descartado para la sucesión es el secretario general de los socialistas extremeños, Guillermo Fernández Vara. Eso sí, se ha mostrado partidario de "hablar a calzón quitado" para abordar el futuro del PSOE y analizar sin miedo decisiones como si se deben ampliar las primarias para la elección de cargos (al estilo francés, en el que pueden concurrir militantes pagando una cantidad).

Y todo esto mientras crecen las reivindicaciones de quienes consideran justa una reforma del sistema electoral, que en la actualidad favorece al duopolio de los partidos mayoritarios. Un dato: la victoria del Partido Popular, con 186 escaños -32 escaños más que en 2008-, se ha producido  con sólo medio millón más de votos que en las anteriores elecciones. Además, partidos como UPyD o IU obtienen proporcionalmente menos escaños que CIU, PNV o Bildu; o se impide el paso a nuevas formaciones al exigirles avales imposibles de conseguir. (Véase el caso del partido Famlia y Vida). Y es que ha llegado el momento de corregir el sistema electoral de 1978. Aunque mucho nos tememos que PP y PSOE no estén por la labor...

José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com