Cáritas Líbano denuncia la situación de los cristianos, convertidos en chivo expiatorio por la guerraFrancia y Estados Unidos han acordado este lunes que tratarán de lograr una resolución "fuerte y contundente" en el Consejo de Seguridad de la ONU que fije plazos precisos y vinculantes sobre la entrega de las armas químicas por parte de Siria. A ellos se les ha unido el Reino Unido, cuyo Gobierno, aunque no autorizado por el Parlamento a intervenir militarmente, quiere seguir ocupando protagonismo internacional.

Recordemos que este sábado el secretario de Estado norteamericano, John Kerry,  acordó con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, un plan para "la retirada y eliminación" del arsenal químico propiedad del régimen sirio a condición de que Damasco entregue, en el plazo de una semana, una lista precisa de todo este material. Esa sería una estupenda solución para que de manera pacífica se solucionase el problema de la posible intervención militar del 'pacifista' Obama.

Mientras eso ocurría hoy, el responsable de Cáritas Líbano, el padre Simón Fadul, concedía una interesante entrevista a la agencia Efe en la que ha contado, por ejemplo, que los cristianos se han convertido en el chivo expiatorio de la guerra en Siria, víctimas de los ataques del régimen y de los rebeldes. Tras recordar que actualmente hay dos obispos y dos sacerdotes secuestrados en el país, pese a los llamamientos internacionales a favor de su liberación, denunciaba que en algunas poblaciones como Al Quseir, Malula y Blunda, "quienes tienen el poder imponen la 'yusia", un impuesto que extremistas suníes exigen a los no musulmanes para preservar sus vidas. Por eso, uno de los grandes retos, "si no el mayor", es proteger a aquellos sirios que están buscados, perseguidos o amenazados, agregó Fadul.

El responsable de Cáritas Líbano calcula que más de un millón y medio de sirios (726.000, según ACNUR) se encuentran refugiados en territorio libanés, de los que unos 35.000 son cristianos.

Algunos refugiados se están viendo abocados a la mendicidad o la prostitución. Las calles de la capital libanesa, Beirut, y otras ciudades se han llenado de mendigos, explicó el sacerdote, que precisó que, sobre todo, los menores y mujeres son explotados por las mafias.

También se han dado casos de venta de niños, mientras que a causa de la crisis económica que sufre Líbano, algunos empresarios prefieren emplear a sirios porque exigen sueldos más bajos, lo que está creando malestar entre los nacionales.

Por eso urge la ayuda a los refugiados sirios, cristianos y no cristianos. En ese sentido, la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ha puesto en marcha una campaña de oración por Siria.

José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com