Pero al secretario de Estado de EEUU se le olvida citar el yihadismo como fuente principal de desestabilización en SiriaEl secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, ha acusado a la organización islamista egipcia de "robar" la revolución que provocó en 2011 el derrocamiento del expresidente Hosni Mubarak y ha sostenido que "los que se manifestaron en la plaza Tahrir no tenían motivaciones religiosas".

"Estaban motivados por lo que veían a través de este mundo interconectado y querían una oportunidad para conseguir una educación, un trabajo y un futuro, y no un Gobierno corrupto que les impedía todo eso y aún más", ha dicho Kerry, según un extracto publicado por el Departamento de Estado.

Y añadió Kerry: "Publicaron sus puntos de vista en Twitter y Facebook, y eso llevó a la revolución, que fue posteriormente robada por el grupo más organizado existente en el Estado, que era Hermanos Musulmanes".

Celebramos que EEUU, por boca de Kerry, se caiga de la burra con la situación en Egipto, pues no hace mucho alababan las revueltas, denominadas 'Primavera árabe', como liberadoras y no responsabilizaban al extremismo de nada.

Sin embargo, el secretario de Estado de EEUU yerra en otro diagnóstico: "Lo mismo pasa en Siria. No empezó como un conflicto entre suníes y chiíes. Empezó con gente joven que quería una reforma. Lamentablemente (el presidente sirio, Bashar), Al Assad respondió a sus peticiones con balas, bombas y violencia. Eso llevó a donde estamos hoy y a una creciente lucha sectaria".

En este caso, a Kerry se le olvida citar el yihadismo como fuente principal de desestabilización en Siria. Pues los grupos rebelges al régimen de Bashar Al Assad son mayoritariamente fundamentalistas islámicos que quieren hacerse con el poder, tal como hicieron en Egipto los Hermanos Musulmanes.

Andrés Velázquez
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