Sr. Director:

A estas alturas, todavía hay quienes no tienen claro, que los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos, e intentan a toda costa apropiarse de este insustituible cometido de los padres.

Este hecho cobra más importancia, cuando es el propio Gobierno de turno el que quiere usurpar ese papel a los padres, aprovechando la situación de poder que ostenta, a través de su elección en las urnas, olvidando gravemente que su función es la de servir a los ciudadanos, no la de servirse de los ciudadanos.

En el caso español, las actuaciones del actual Gobierno socialista son un ejemplo notorio de lo que no se debe hacer, es más, el mayor peligro no está en hacer las cosas mal (lo cual puede deberse a simple ignorancia), sino en hacer oídos sordos al incesante clamor ciudadano, que reclama un derecho que se le quiere quitar.

Con la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía, desde el Ministerio de Educación se nos ha dicho que obedece a un interés cívico, igual que sucede en otros muchos países occidentales. Pero a nada que uno indague en los programas de esa asignatura en otros países, se dará cuenta que sólo figuran en sus contenidos, cuestiones relacionadas con normas de convivencia, mientras que en el caso español la carga ideológica es su razón de ser: concepto de familia, libertad, derecho a la vida, persona, sexualidad, etc.

En España el planteamiento de sus redactores parte de una visión reductivista y parcial, olvidando el verdadero concepto de persona, y por tanto el derecho natural que le es inherente. En este campo los padres no pueden consentir injerencias que vayan contra uno de los más elementales derecho de la persona.

José Javier Ávila Martínez

jjavilamar@hotmail.com