El ex  consejero delegado de la entidad se va sin cobrar blindajes

 

Se trataba de la última de las 33 presentaciones de resultados de Jaime Echegoyen como consejero delegado de Bankinter después de que el jueves presentara su dimisión ante el consejo. Al menos, la de la dimisión es la versión oficial, pero a los periodistas presentes les seguía resultando poco creíble.

Echegoyen insistió: se va voluntariamente para dar paso a una nueva etapa en el banco, aunque no ha matizado cuál será la diferencia. También se trata de una decisión personal: se va a su casa a descansar, mantiene algún papel en la Fundación y continúa siendo cliente del banco.

¿Su futuro? No descarta seguir en el mundo de la banca aunque debe pasar un tiempo para eso. No tanto porque exista alguna incompatibilidad, sino por principio: No me veréis al día siguiente en el banco de la competencia. Echegoyen dice ser hombre de banca, pero también es un gestor, por lo que tampoco será imposible verle en otra empresa. En su favor, remarcó con orgullo que en Bankinter no hay ningún tipo de blindaje.

Respecto a si ha cometido errores, el ex primer ejecutivo señaló que en general habrá cometido alguno, pero defiende la labor de su equipo y no se arrepiente de nada, ni siquiera de la puesta en marcha de los clips. El CEO saliente recordó que con su llegada también subió el precio de la acción, por lo que el aumento del valor de Bankinter no debe interpretarse como anticipación de operaciones corporativas.

Sin adelantar cuál será la nueva estrategia, Echegoyen destacó que hay una esencia que el banco mantendrá: Bankinter seguirá siendo Bankinter y cualquier cosa que acometa será acorde con la estrategia.

En todo caso, esa nueva estrategia, tal y como señalábamos en Hispanidad el jueves, debería pasar por una mejora de la liquidez. Por mucho que el banco mantenga su esencia, no se puede seguir jugando al borde del abismo porque en algún momento se puede perder el equilibrio.

Rodrigo Martín

rodrigo@hispanidad.com