• Por las calles de Madrid y de Alcorcón se puede ver a gente con mascarillas, aunque el virus no se contagia por vía aérea.
  • Las televisiones incendian a la población: la enfermedad llena los informativos y es la protagonista de las tertulias e incluso de programas especiales.  
  • La psicosis afecta también a los profesionales: un equipo de psicólogos asiste al personal sanitario del Hospital Carlos III.
  • Mariano Rajoy e Ignacio González acuden a este centro para interesarse por el estado de salud de Teresa Romero, la única enferma.
  • El presidente del Gobierno asegura que el riesgo de propagación es "muy bajo", según los expertos de la Comisión Europea y de la OMS.
  • Por su parte, el presidente madrileño reprende a su consejero de Sanidad, pero no lo destituye. No es el mejor momento en plena crisis.

No hay duda de que la palabra más mencionada en los últimos días en España es ébola. Este virus parecía algo lejano cuando apareció en varios países de África Occidental, aunque pasó a ser un poco más cercano con las repatriaciones de los religiosos infectados (Miguel Pajares y Manuel García Viejo). Sin embargo, tras el contagio de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, se ha convertido en un auténtico huracán y se ha generado una psicosis al respecto difícil de parar.

Ahora en nuestro país todo el mundo tiene algo que decir sobre el ébola, sepa o no sepa nada sobre el asunto. Y es que se ha convertido en tema de conversación en las casas, el transporte público, los centros de salud y hospitales, los bares, los colegios, las oficinas, los parques, etc.

Pero no sólo eso, también hay personas demasiado alarmistas, pues por las calles de Madrid y de Alcorcón se puede ver a gente con mascarillas. Algo que no tiene ninguna utilidad como sistema de prevención, puesto que el virus del ébola no se contagia por vía aérea, sino al entrar en contacto con los fluidos corporales de personas infectadas.

Esto es sólo una muestra de que la histeria colectiva no para de crecer, algo en lo que contribuyen de manera especial las televisiones, que no paran de incendiar a la población. La enfermedad llena los informativos y es el protagonista de las tertulias e incluso de programas especiales.

Otra muestra más de la psicosis creada: un equipo de psicólogos asiste al personal sanitario del Hospital Carlos III. Se puede entender que el ébola no es una enfermedad conocida y estén preocupados, pero ¿tanto como para recibir atención psicológica En África son muchos los médicos y cooperantes que tratan a diario con miles de enfermos por este virus y no creemos que reciban dicha atención. Además el personal sanitario debería trasladar el mensaje de Sanidad de que, hasta ahora, no hay nuevos contagios y el despliegue no tiene precedentes.

Vayamos con el papel de los políticos. Hasta este viernes los protagonistas eran la ministra de Sanidad, Ana Mato, y el consejero de dicha materia en la Comunidad de Madrid, Javier Rodríguez. Cuyas actuaciones y declaraciones se han puesto en cuestión más de una vez, llegando incluso a pedirse su dimisión. Sin embargo, esto ha cambiado, pues sus respectivos superiores, Mariano Rajoy e Ignacio González, han cogido el toro por los cuernos y han acudido al Hospital Carlos III para interesarse por el estado de salud de Teresa Romero, la única persona enferma. La paciente está "estable dentro de la gravedad" y será tratada con el fármaco experimental ZMAPP, que ya ha llegado a España.

El presidente del Gobierno ha mostrado su apoyo a los profesionales que afrontan la crisis del ébola y que trabajan en este centro, ya que, aunque "la situación no es normal", confía en ellos para superarla. Pero no sólo eso, también ha lanzado un mensaje de tranquilidad, pues ha asegurado que "tanto la Comisión Europea como la Organización Mundial de la Salud (OMS) dicen que es muy bajo el riesgo de que esta enfermedad se pueda propagar en el futuro". Además ha citado las prioridades del Gobierno: la primera "se llama Teresa Romero"; la segunda es "vigilar" a las personas que han estado en contacto con ella y están en observación y tercera, investigar qué ha pasado. 

Por su parte, el dirigente de la Comunidad de Madrid ha reprendido personalmente y en público a su consejero de Sanidad, que "no ha estado nada afortunado en la forma de manifestarse estos días". Pero no lo destituye, puede que no sea el mejor momento en plena crisis, pues como dice el refrán "puede ser peor el remedio que la enfermedad". 

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com