Eso sí, se muestra dispuesto a colaborar con Endesa, si el proyecto resulta exitoso, es decir, cuando hayan ganado la OPA. El presidente de la eléctrica alemana, Wulf Bernotat, predice que entre un 60 y un 70% de los accionistas de Endesa apoyará su OPA. Y una advertencia implícita a La Caixa: No vamos a mejorar la oferta pero tenemos capacidad para hacerlo. Con Pizarro ya veremos lo que hacen: No es el momento. Niega que haya veto político del Gobierno alemán sobre Ruhrgas.

E.ON factura, por decir algo, seis veces más que el grupo ACS. Es, en verdad, un gigante, pero también una empresa de diseño, creada en 2000 a golpe de orden política y de estrategia del Gobierno de Berlín, y con clara vocación de crecimiento internacional: crecer a toda velocidad comprando empresas en el extranjero para asegurar el suministro energético. Comprar a cualquier precio, cinco minutos antes que el competidor francés o italiano.

Así que el tamaño sí que importa. Por ejemplo, con la dimensión adecuada se puede repartir un enorme dividendo y, al mismo tiempo, comprar en metálico Endesa, toda entera, con deuda y nada más que con deuda. E.ON y Endesa juntas tendrían 50 millones de clientes, lo que permite negociar en buenas condiciones con los grandes proveedores de gas... sólo que mandaría E.ON, claro está.

Y ojo, el tamaño no implica rentabilidad. En definitiva, E.ON repartirá entre sus accionistas 7 euros en dividendo con cargo al ejercicio 2005. Pero más del 60% de esa cantidad, 4,25 euros por título, se debe a resultados extraordinarios, esos que tanto se le ha criticado a Endesa. Y ese lógico, dado que el EBIT -ajustado, es cierto- fue de 7.300 millones de euros. Si se comparan esto con los 3.000 millones de plusvalías por las ventas de Viterra y Ruhrgas Industries, el resultado operativo que crecía un 13%- y el EBIT -7%- no es para tirar cohetes.

Con este espíritu y estas cifras por bandera, el presidente de E.ON, Wulf Bernotat, recibía a la prensa internacional, con un nutrido contingente de periodistas españoles, invitados por la empresa, a su sede central en Düsseldorf. Edificio sin historia, como la misma E.ON, como Endesa, como casi todas las multinacionales europeas y norteamericanas del momento, pero funcional y bien preparado. El gigante energético constituye uno de los orgullos de la nueva Alemania, dispuesta a ser, sino la locomotora, sí el vagón de primera clase de Europa. Pero eso sí: hay que reconocer que E.ON ejerce su espíritu como debe ser: con una oferta mucho mejor que la del competidor y en metálico.

E.ON es el resultado de una serie de fusiones en cadenas de empresas eléctricas y, sobre todo, de la fusión con Ruhrgas representa el 20% del negocio, pero sin sus contratos E.ON se pararía- , la gran gasera germana sobre la que el Gobierno de Berlín mantiene una tutela política. La razón es clara: el gas para los alemanes, al igual que para los españoles y para todos los firmantes del Protocolo de Kyoto, especialmente hasta que renazca la energía nuclear, es vital para producir electricidad. Por caro que resulte. Por eso, Bernotat insiste una y otra vez, en que Berlín sólo podría vetar una compra de Ruhrgas, es decir, de E.ON, en el caso de que lo comprara una compañía no comunitaria y se pusiera en riesgo el suministro alemán. Y manifiesta su queja: no es cierto lo que se está comentando en España.

No obstante su afición al ciclo combinado, esto no significa que E.ON esté obsesionada con el medio ambiente. Así, está construyendo una moderna central eléctrica de carbón en Rotterdam. Como se ve, para los alemanes, Kyoto no es un axioma: es un buen acuerdo para proteger el medio ambiente mientras no asfixie el suministro ni una energía asequible, es decir, barata, para la gente.

Por cierto, para una central de carbón se necesitan cinco años, para una de gas, tres. Se le olvidó decir: y para poner en marcha una nuclear, dos lustros.

Bernotat, por cierto, también habla de que el 28% de la electricidad que se produce en Alemania es nuclear. En otras palabras, lo importante es producir energía. Luego nos preocuparemos de las consecuencias medioambientales de esa producción. O eso, o volvemos a vivir en la caverna. En Alemania lo tienen claro, en España no tanto.

OPA sobre Endesa, que fue el asunto de la reunión. El equipo directivo advierte que ha visitado a los inversores europeos y americanos, y la impresión sobre el precio que ofrecemos es buena. Bernotat considera que entre un 60 y un 70% de los accionistas de Endesa aceptarán la OPA de E.ON. Entre otras cosas, porque considera que en E.ON y Endesa hay accionistas comunes. Se refiere, naturalmente, a fondos de inversión.

Bernotat insiste en que Bruselas tiene toda la base jurídica para pedirle al Gobierno español que retire el decreto del 24 de febrero, aquel que otorga a la Comisión Nacional de la Energía (CNE), la posibilidad de paralizar la OPA de E.ON. El Gobierno español tiene ahora 10 días le quedan ocho- para responder a la Comisión Europea sobre la validez del decreto.

Y un aviso para La Caixa: No vamos a mejorar la oferta, aunque podríamos hacerlo.

En cualquier caso, el argumento clave de los alemanes, tanto del Gobierno como de E.ON, sigue siendo el mismo : esto es una operación de Mercado donde gana el que más ofrece, no quien decida un Gobierno : será el Mercado quien decida. El Estado español tiene un 2,9% del capital de Endesa, también debe salirse.

Hablando de decretos: Bernotat se equivoca sobre el decreto 1999 de Rodrigo Rato. Esa norma prohíbe cualquier empresa participada por una institución pública ejercer más del 3% de los derechos políticos de una empresa energética española. Bernotat dice que el decreto habla de un mínimo del 5%. No, bastaría con que la participación pública fuera del 0,1%.

Riesgo de Endesa en Iberoamérica. Le preguntan por el riesgo de que algunos políticos hispanos les de por nacionalizar empresas. Pero Bernotat es optimista: Veo lo contrario en América del Sur (y del centro, señor Bernotat, e incluso del norte, como México): privatizaciones y una regularización adecuada. No es un riesgo, es una oportunidad.

Aquí, el líder de E.ON nos está dando una lección a los españoles sobre el mundo hispanoamericano.

Las relaciones con Manuel Pizarro, presidente de Endesa, no son buenas, entre otras cosa porque Pizarro se siente traicionado por E.ON. Él pactó un acuerdo, no que se lo comieran con patatas.: No se ha tomado ninguna decisión sobre el señor Pizarro, y si tenemos éxito en esta transacción ya veremos. Es algo que se hará.

Por cierto, para una central de carbón se necesitan cinco años, para una de gas, tres. Se le olvidó decir: y para poner en marcha una nuclear, dos lustros.

Bernotat, por cierto, también habla de que el 28% de la electricidad que se produce en Alemania es nuclear.

Por lo demás, cada uno al o suyo. Financial Times dice que vivimos una ola de proteccionismo, lo que no deja de recordar aquello de la ola de pornografía que nos invade mucho más cierto esto que aquello-. Bernotat es más práctico. En efecto, aprovecha para criticarle al preguntante por un artículo suyo en Financial, en el que atribuyó al empresario unas declaraciones en las que afirma que sólo quedarían tres empresa energéticas en la UE, entre ellas la alemana E.ON y la francesa EDF. Bernotat lo niega, pero con tan poca convicción que todos los presentes llegamos a la conclusión de que dijo lo que dijo. Y lo que es peor: lo piensa.

Más guerra al proteccionismo. Las decisiones en Francia y Holanda contra esta OPA demuestran que los países siguen en tono proteccionista. Es bueno que la Comisión Europea intente evitar este proteccionismo.

¿Hemos subestimado la reacción española?, le preguntan. Le responderé así: sabíamos que el Gobierno español apoyaba la OPA de Gas natural, pero creíamos que respetaría las normas del mercado. Una acusación dura pero cierta. Tan cierta como que le Ejecutivo Angela Merkel apoya la OPA de E.ON y ha conseguido que BRuselas adopte una feroz postura antiespañola. De la solución francesa frente a la italiana ENEL, mucho más proteccionista, Berlín no ha dicho una sola palabra, y Bruselas permanece calladita.

Volvamos al china en el zapato, es decir Ruhrgas: Se trata de una regulación muy específica de un ministro y que tiene que ver con una OPA que viniera de fuera de un Mercado europeo y que pusiera en peligro el suministro y eventualmente vetar esta OPA. Así que no hay justificación para las reclamaciones que se están produciendo ahora mismo en España. E.ON puede ser comprada por cualquier empresa del mundo, pero sólo si una empresa no europea compra E.ON, sólo en ese caso, Berlín podría vetar la operación.

Una periodista alemana le ayuda: ¿puede hablarse de Ruhrgas como unidad de negocio? Pero Bernotat no lo aprovecha. Sí, Ruhrgas tiene entidad jurídica propia. Como Endesa, que seguirá siendo una entidad española al final de la OPA.

Pero se olvida de algo. También la autoridad anti-monopolios alemana, en un proceso revisó los contratos particulares de gas. La medida ha sido recurrida por E.ON. Ahora bien, no se trata del control de E.ON, sino de prácticas monopolísticas en el mercado interno alemán. No es el caso. Lo que importa es que, de una forma u otra, nadie se va a atrever a compra E.ON contra el Gobierno de Berlín, pero sí hay alguien que se atreve con el Gobierno español para comprar Endesa.

Y llegamos al punto central. Hispanidad le pregunta si estaría dispuesto a una solución amistosa, a pactar con Gas Natural, con Caja Madrid, o con el propio Manuel Pizarro que E.ON se convierta en socio de referencia de Endesa pero sin controlar la gestión. La respuesta perdonen el resumen- es: Sí, cuando haya triunfado la OPA. En sus propias palabras: No tenemos nada contra Gas Natural. Nada impide que lleguemos a acuerdos de colaboración si se enfocan de forma razonable una vez que se cierre el proceso después de una operación que haya tenido éxito.

Eso está muy bien: una vez que controle Endesa, puedo permitirte que me apoyes con tu dinero para que la deglución sea más sencilla. En definitiva, que E.ON no acepta pactar ni con Gas natural, el otro opante ni con Caja Madrid, el primer accionista de Endesa, ni con Manuel Pizarro y su equipo directivo. Lo que quiere es el mando absoluto.

Una cosa está clara: cada cual ya sabe ahora a qué atenerse. La clave está ahora en si el Gobierno Zapatero utiliza la CNE para vetar la OPA y si convence a Gas Natural y La Caixa de que mejore sensiblemente su oferta para que pueda ser aceptada por el Mercado.

Al final, el caso E.ON -Endesa escenifica como ningún otro asunto la construcción de la Europa actual, que un alto cargo del Banco Central Europeo, casualmente alemán, definía como un solo Mercado, muchas naciones. O sea, todo muy romántico. Estamos haciendo, en verdad, la Europa de los mercaderes que tanto criticara la izquierda. Por un lado, los ideales, que como no existen o ninguno vale más que otro, o son intercambiables, pueden ser patrimonio de los caducos sistemas estatales. Por otra parte, el Mercado, esencia de la Unión Europea, que sí debe ser uno, regido por un puñado de multinacionales cada vez menos, cada vez más grandes- con las que nadie, tampoco la soberanía nacional y me temo que tampoco la soberanía popular- puede jugar. La rueda de prensa de Bernotat se celebraba en una bien equipada sala de nombre Robert Schumman, el gran creador de Europa. Nos tememos que el padre de la UE no estaría de acuerdo con la Europa del Banco Central Europeo o de E.ON. Una Europa sin fronteras comerciales que sí personales y culturales-, que es tanto como decir, una Europa donde los países más poderosos, especialmente Francia y Alemania, 140 millones de habitantes, imponen su ley a los 350 millones restantes. Lo hacen a través de sus multinacionales y enarbolando el axioma liberal, que podríamos resumir así: todo puede ser en entredicho, ningún principio es inmutable salvo la libertad de Mercado. Mejor, la libertad de comprar y vender.