Para que luego digan que el Presidente del Gobierno Español no sabe de comunicación. Acaba de convertir su rendición incondicional en el caso E.ON ante la canciller alemana Angela Merkel en un final feliz, y nada menos que para España, Europa y el mundo mundial. Hispanidad relataba ayer la conversación mantenida entre Zapatero y Merkel el pasado jueves 31, en la que el jefe del Ejecutivo afirmaba que no se pondrían más pegas a E.ON para hacerse con la primera eléctrica española. A cambio, Merkel ofrecía promesas económicas vagas y apoyo en Europa, donde la imagen del líder español está bajo mínimos. Ese mismo día el ministerio de Fomento anunciaba que la multinaciponal alemana Siemens tenía vía libre para colocar sus nuevos trenes de alta velocidad a pesar de los retrasos y defectos acumulados en los mismos. Pero entiéndase bien, la geoestrategia económica alemana es mucho más ambiciosa. Alemania mira al este mediante una alianza con Moscú y mira al oeste con la intención de utilizar a España como plataforma para entrar en el mundo económico iberoamericano, que siempre le ha estado vedado.

Por cierto, como el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, acaba de recordar en una entrevista con el Heraldo de Aragón, su tierra natal, Zapatero puede haber entregado Endesa a E.ON, pero todavía hay barreras que salvar: que la Comisión Nacional de la Energía diga digo donde dijo Diego, que los tribunales (Supremo y Mercantil número 3 de Madrid) den carpetazo al asunto y que, lo más importante, los accionistas de Endesa acepten la oferta de E.ON.

En este sentido Wulf Bernotat, presidente de la eléctrica alemana, ha abandonado su estilo arrogante y ahora está dispuesto a mantener la denominación Endesa y al actual equipo de Pizarro al frente de la misma.