Reinaldo Rodríguez hace bueno a Carlos Bustelo : el lobby de France Telecom le ha convencido de que Telefónica debe separar su red mayorista de la minorista. El ex telefónico, Joaquín Osa Buendía, que no siente simpatía por su antigua empresa, se convierte en el principal quebradero de cabeza para Alierta. France Telecom se niega a comprarle ONO a los Botín: así sería una competencia en toda regla contra la compañía de César Alierta

Podríamos definir a ASTEL como la patronal de la telefonía fija en España. De toda la telefonía fija con la excepción del operador dominante, Telefónica. En otras palabras, ASTEL está controlada por France Telecom que, desde la compra de AUNA (sin cable), unido a las compañías que ya controlaba en nuestro país, se ha convertido en el otro yo de Telefónica.

Y así, ASTEL, es decir, FT, pretende que en España se aplique el modelo británico ese que, por nada del mundo, se aplicaría en Francia. Se trata de separar la red mayorista de la red minorista. De esta forma, Telefónica operaría como un cliente más frente a su propia red nodal. El sistema sólo se ha aplicado en el Reino Unido y contribuyó al derrumbamiento de British Telecom. Siendo España el país que más ha liberalizado, después de los británicos, digamos que a Alierta no le hace mucha ilusión el proyecto.

El único problema es que ASTEL cuenta con el apoyo de Reinaldo Rodríguez, el presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), lo que dificulta un tanto la cuestión. Las relaciones entre Telefónica y la CMT atraviesan por su peor momento, y una cierta paranoia de la primera empresa de España señala a Joaquín Osa Buendía, ex telefónico, como su principal enemigo en el ente regulador, como uno de los personajes más influyentes en el equipo directivo de la actual CMT.

El historial de Osa es realmente brillante: fue subdirector general de Telecomunicaciones (Dirección General de Correos y Telecomunicaciones), Subdirector General de Redes y Sistemas de Telecomunicación (Dirección General de Telecomunicaciones) y consejero de la Embajada Española (Representación Permanente de España ante la Unión Europea). En mayo de 2000 se convierte en el nuevo director de regulación de Interconexión de Aló. Por cierto, a él se le atribuye el empeño por introducir en España los móviles virtuales, algo que cabrea a todos: Telefónica, Vodafone y Amena.

La respuesta de Telefónica es muy clara: el que quiera operar en telefonía fija que invierta en su propia red. Ocurre que FT no atraviesa por un momento especialmente rumboso en liquidez, por lo que preferirá ganar cuota de mercado a través de una decisión de la CMT.

Otro argumento de los chicos de Alierta: si quieren una red alternativa a Telefónica, que desarrollen la fibra óptica. Un consejo envenenado, dado que Emilio Botín sí, sigue controlando ONO, y Eugenio Galdón y Multitel no son sino testaferros de la familia Botín- se lo vendería con mucho gusto, pero FT ya dijo sí a los móviles de AMENA y no al cable, que resultaba muy caro.

El Gobierno español estaría dispuesto a que un operador extranjero, especialmente el amigo francés, se hiciera con la fibra óptica, tecnología apenas desarrollada en España, y compitiera con el ADSL de Telefónica. Lo que ocurre es que nadie quiere por lo de siempre: exige mucha inversión.

Lo malo es que mientras la CMT y Telefónica echan su pulso, las novedades llegan a los usuarios con cuentagotas. Por ejemplo, Reinaldo Rodríguez sigue insistiendo en que el futuro está en la telefonía integrada, en el cuádruple (fija, móvil, Internet y TV), con el gran objetivo de reducir el precio de la telefonía móvil. Ahora bien, no está dispuesto a aprobar el cuádruple de Telefónica, que podría hacerlo mañana mismo, mientras no surja otro operador que le haga la competencia. Lo cual recuerda el viejo dicho de aquel banquero : Nuestro Gobierno ama tanto la competencia, que si mañana un laboratorio descubre una vacuna contra el Sida prohibirá su aplicación hasta que surja otro laboratorio, con una segunda vacuna, que compita con el primero en pro de la libre concurrencia.