El primero nos ofrece un retrato insigne del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de Montoro. En efecto, a pesar de lo que aseguran las encuestas y lo que acontece en la rúa (es decir, lo que se dice en la calle), ZP sigue pensando que lo ha hecho muy bien, lo hace algo mejor y en cualquier caso, los errores no son suyos. Él espera tranquilamente que le concedan el Nobel, porque es de justicia. El secretario general del PSOE no sufre el síndrome de La Moncloa sino el Síndrome de Ciempozuelos, población madrileña conocida por su histórico manicomio. Sí, él no cree que deba dimitir ni convocar elecciones. Su notable gestión política lo merece.
La segunda viñeta corresponde a Esteban. El espíritu de subvención e indemnización que reina en España, una de las razones de nuestra parálisis económica, queda perfectamente definida aquí. Un dibujo espléndido que recuerda aquella frase cinematográfica (atribuida a Estados Unidos pero perfectamente endosable a España: Me encanta este país. Nadie es responsable de nada. O lo que es lo mismo, el viejo proverbio castizo: Hay que vivir de los padres hasta que se pueda vivir de los hijos. Y como no queremos tener hijos, que implican mucha responsabilidad, hay que exprimir a papá y mamá.
Lo que nos lleva a la conclusión evidente de que ninguna política económica será mejor que aquélla que termine con subvenciones públicas y mamandurrias privadas.
Eulogio López
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