• El mundo empieza a dudar de los emergentes como soporte de la recuperación mundial
  • La OCDE tiene serias dudas sobre esos países en crecimiento pueden ser las locomotoras mundiales del siglo.
  • Lo cual ha reducido el nivel de vida en Occidente pero ni ha progresado la tecnología ni hay más justicia social.

La OCDE empieza a dudar de la pujanza de los emergentes, sobre todo de China. No es de extrañar, la economía tiene vitalidad cuando la sociedad tiene vitalidad. Y la economía es justa cuando trabaja para el bien común no para el bien de los poderosos, sean esos políticos o financieros (los dos poderosos de ahora mismo).

China, India, Rusia, Brasil, México... son economías bien distintas pero todas tienen en común una ganancia de competitividad vía salarios y casi todas una bajísima natalidad. En este segundo factor el arquetipo es China, que, con su política de hijo único se ha convertido en un país de viejos que necesita seguir explotando a sus jóvenes para pagar sus pensiones a sus mayores. Y aún así, no basta.

Pero lo más fuerte son los bajos salarios y eso sí que afecta a casi todos los emergentes. China o India basan sus economías crecientes en salarios de subsistencia. Ahora bien, esos salarios tan bajos no pueden consumir lo que producen por lo que la clave está en la exportación. Ahora bien, la competencia vía salarios tiene un límite. Y es que el Occidente importador también está en crisis y reduce su consumo.

Y además, los salarios bajos no ayudan al progreso tecnológico. No mejora el progreso tecnológico, es más, lo reduce a mínimos. No es China, sino Corea del Sur, quien ha jugado a la innovación y quien tiene el futuro mucho más despojado que la tiranía comunista.

En cualquier caso, lo que se está demostrando es que sin hijos y con salarios de miseria no hay economía boyante.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com