La diferencia entre ambos candidatos pasa de 20 a 8 puntos en una semana

 

Rousseff sube el tono en el primer debate de la segunda vuelta. La postura sobre el aborto de la candidata del PT genera suspicacia entre los votantes.

La carrera por la presidencia brasileña prosigue su curso. En el primer debate televisivo de la segunda vuelta, además de otros temas como las privatizaciones o la educación y la pobreza, uno de los aspectos que centró la conversación fue la religión y los valores.

En la última semana, tras la decepción de no lograr la mayoría necesaria para obtener la presidencia sin acudir a una segunda vuelta, las previsiones de voto de las encuestas parecen ajustarse y la diferencia se ha reducido de 20 a 8 puntos. Y mientras que ambos candidatos aseguran querer dar continuidad a la política económica aplicada por Lula, parece ser que el punto más espinoso en el camino de Rousseff ha sido el de temas relacionados con la religión. Como ya informó Hispanidad, la candidata del Partido de los Trabajadores (PT) ha sufrido un profundo cambio en sus creencias y en su punto de vista de temas como el aborto. Y eso es lo que le ha echado encara José Serra, el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el ser una persona de dos caras en materia de aborto y de religión.

Es difícil valorar hasta qué punto esa súbita conversión es sincera o simplemente una careta, aunque en el mundo de la política lo segundo prima sobre lo primero. Lo que genera satisfacción, y ciertamente envidia, es poder oír a políticos manifestarse sobre estos temas, conscientes de que los valores personales son determinantes y necesarios para una sana vida política. Desde aquí nos tendremos con contentar con ello, mientras en nuestro país son temas tabú, en muchos casos silenciados, porque quien se presente como defensor de la vida y contrario al aborto, por ejemplo, o creyente, es tildado al instante de fascista, de ultraconservador y por lo tanto, eliminado de la vida política.

Habrá que ver hasta cuándo dura este camino de conversión y cuándo comienza a primar la ideología y la estrategia del partido sobre esas creencias.  

Juan María Piñero

juanmaria@hispanidad.com