Un helicóptero israelí disparó contra una manifestación de palestinos en la Franja de Gaza, con el resultado de diez muertos. Justo en ese momento, en Moncloa, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, recibía al primer ministro palestino, Ahmed Qurea, con quien compareció en rueda de prensa. Medio mundo estaba pendiente de la televisión para contemplar cómo un helicóptero la emprendía con armamento semipesado contra unos manifestantes, y hasta los que siempre han defendido la causa israelí y a los judíos, entre los que me cuento, manifiestan que ya está bien, y que Sharon es un chiflado que debe ser controlado cuanto antes, justo entonces, digo, Zapatero pronuncia las siguientes palabras:

 

- "Este es un camino negativo para la paz".

 

Es decir, que un helicóptero que dispara contra una multitud (por qué no un F-16) no resulta positivo para la paz. No me encontraba presente, pero imagino que Ahmed Qurea quedaría gratamente impresionado por la contundencia del inquilino de La Moncloa. "Aquí contamos con un verdadero apoyo, sí señor", para nuestra causa. Quizás, cuando la firme actitud del Gobierno español curta efecto no quedarán palestinos para beneficiarse de ello, pero, en el puro terreno moral, el apoyo es simplemente incalculable.

 

La actitud de Zapatero, y no sólo frente al problema palestino, recuerda la de aquellas deliciosas historias del gran Woodhouse, las historias del lechuguino Bertie Wooster y su hierático mayordomo, el inteligente Jeeves. Cuando el señor acude al sirviente para suplicarle ayuda y para afirmando que de no mediar alguna de sus sagaces ideas, las columnas de la civilización se desmoronarán sobre su cabeza, el formidable Jeeves, no dudaba en solidarizarse con su amo con las siguientes palabras:

 

-Muy molesto, señor, –admitía mientras le ofrecía la correspondiente camisa con pechera almidonada-. 

 

La muerte, mejor, el asesinato, de diez palestinos es, evidentemente, muy molesto, pero quizás pueda ser algo más. Porque lo de la política de la sonrisa puede estar bien, el diálogo incluso mejor, por no hablar del talante, pero, a lo mejor, se necesita algo más, alguna vez, algún día. Lo de Zapatero es la política de la tautología: Diez palestinos han sido asesinados desde un helicóptero y eso "es un camino negativo para la paz". O, como decía aquel: Para solucionar los conflictos matrimoniales no es mal inicio que ambas partes se pongan de acuerdo.

 

Hombre, una cosa es que los estadistas manden y guarden la ropa, mejor, que no se mojen ni en la ducha, y otra cosa es la tautología. O sea, lo de Zapatero.

 

¿Qué dirá ahora Zapatero cuando Israel ha matado a otros diez palestinos en la mañana del jueves 20?

 

Eulogio López