Tras traicionar a Fefé, se convierte en el líder del Neguri de Esperanza Aguirre. El presidente de la patronal madrileña ofrece a Kirchner la cabeza de Antonio Mata. La carrera hacia el poder de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán sólo tiene un obstáculo : su imputación por estafa procesal, desvío de fondos públicos, delito fiscal y falsedad documental

Unos le llamarán la foto del nuevo Neguri madrileño y otros la foto de la traición, aparece en la prensa española de hoy bajo el rótulo : Nueva ejecutiva de la Cámara de Comercio de Madrid, encomiable institución que preside Gerardo Díaz Ferrán tras haber expulsado en un golpe de mano digno de Vellido Dolfos a su antecesor y presunto amigo Fernando Fernández Tapias.

Por cierto, en esa foto aparece el restaurador Arturo Fernández, un personaje que nunca deben olvidar. En primer lugar por su impresionante liquidez, en segundo lugar por sus relaciones de amistad y parentesco con Gerardo Díaz Ferrán y su socio Gonzalo Pascual y, en tercer lugar, porque Arturo es el restaurador favorito de S.M. el Rey de España, cuyos recorrido cinegéticos tienen parada y fonda reservada en las fincas de Gerardo Díaz y Gonzalo Pascual, así como en el complejo Cantoblanco de Don Arturo.

De esta manera, Díaz Ferrán, presidente de la patronal madrileña CEIM, se convierte en el presidente de la otra patronal, la Cámara de Comercio de Madrid. Para que lo comprendan nuestros lectores suramericanos existen dos tipos de patronales: la CEOE y las Cámaras de Comercio. En la primera prima la libre asociación de empresarios, mientras la segunda se alimenta de un vergonzoso impuesto obligatorio que pagan todas las empresas con un canon cada vez más elevado, por ejemplo : con cargo a 2005 una micropyme formada por un autónomo y un trabajador ha pagado 140 euros a cambio de nada que haya solicitado. Las cámaras manejan mucho más dinero que las patronales y, por ejemplo, llevan la promoción del comercio exterior.

Pero ocurre que en Madrid hay dos personajes del mismo partido que están a la greña. A la izquierda del ring se sitúa Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad; a la derecha Alberto Ruiz Gallardón, alcalde de la capital. Ambos quieren ser candidatos a la presidencia del Gobierno con el Partido Popular, Aguirre vio la posibilidad de desbancar al empresario de Gallardón, Fefé y sustituirle por su empresario favorito, Gerardo Díaz Ferrán, y el asunto se sustanció en veinticuatro horas. Por cierto, ¿Es compatible presidir la Patronal Madrileña y la Cámara de Comercio de Madrid, es decir presidir una patronal privada y una corporación empresarial de Derecho Público? Muchos juristas piensan que no.

Díaz se convierte así en el jefe del poderoso lobby empresarial madrileño, una especie de Neguri capitalino a mayor gloria de Esperanza Aguirre. Díaz ya estuvo a punto de sustituir a Cuevas presidente de la CEOE cuando el catalán Rosel emprendió el asalto. Si no pudo hacerlo fue por la china en el zapato que sufren él mismo y su socio, Gonzalo Pascual. Y esa china se llama Aerolíneas Argentinas.

Es algo que muy pocos medios se atreven a recordar, porque no en vano Viajes Marsans es uno de los principales anunciantes del país, pero tanto Gerardo Díaz como Gonzalo Pascual están imputados en el Juzgado número treinta y cinco de Madrid por los delitos de: estafa procesal, desvío de fondos públicos, delito fiscal y falsedad documental. Todos ellos podían resumirse en el delito de desvío de fondos públicos, porque de eso estamos hablando en el caso de Aerolíneas. En pocas palabras, el Gobierno del Partido Popular, harto de fracasar en su empeño de reflotar la aerolínea de bandera argentina regaló la empresa a Viajes Marsans, es decir, a Gerardo Díaz y a Gonzalo Pascual, además de 758 millones de dólares para pagar deudas y reflotarla. Sin embargo, los accionistas minoritarios, el propio Gobierno argentino y el juzgado número treinta y cinco de Madrid, acusan, sospechan e investigan que el dinero del erario público español no fue a parar adonde estaba previsto.

Esas imputaciones, ampliables a Antonio Mata, el hombre colocado por Pascual y Díaz como primer ejecutivo de Aerolíneas, eran lo que detenía el gran alzamiento público como rector del gran clan de empresarios del Partido Popular. Además, la pareja estaba pillada en Buenos Aires, con un gobierno argentino que se negaba a subir las tarifas y que lleva impugnando todas las cuentas desde el ejercicio 2001, cuando se produjera el regalo del Gobierno Aznar al grupo Marsans.

Ahora bien, todo cambia desde el momento en que el presidente argentino Néstor Kirchner llega a España dos semanas atrás. Es entonces cuando se produce el vergonzante pacto al que ya hemos aludido en Hispanidad. Kirchner se compromete a levantar las impugnaciones contra Aerolíneas a cambio de que le cedan el control de la compañía al Gobierno argentino o a un empresario argentino de su confianza. El Gobierno español está dispuesto a poner más dinero para reflotar Aerolíneas con la condición de evitar cualquier responsabilidad futura sobre la compañía, el nunca más, comprensible si se considera que durante los últimos diez años ha enterrado cerca de 3.000 millones de dólares en Aerolíneas. Marsans, por su parte se vería libre de la persecución judicial y registral de la Casa Rosada, e incluso ofrecería la cabeza de Antonio Mata como chivo expiatorio en el altar del gran sacerdote Kirchner. Dicho y hecho. Hace dos días Mata cometía el error de exigirle al Gobierno argentino que pagara ocho millones de euros para pasar del 1,21 al 5% del capital de ARSA. Ante tamaña osadía, Pascual y Díaz han decidido cesarle y que el propio Gerardo ocupe el cargo de presidente de la Compañía que controla Aerolíneas. Precisamente Gerardo Díaz Ferrán, quien hasta hace bien poco tiempo no se atrevía a viajar a Buenos Aires por miedo a ser puesto a disposición de la justicia.

¿Aceptarán los sindicatos de pilotos y de técnicos de ARSA un acuerdo de este tipo cuando llevan tres años denunciando lo que han calificado como robo o como fraude de Marsans? No se sabe, pero tampoco es lo que más preocupa a Díaz Ferrán y Pascual.

Lo único que les preocupa es la causa penal abierta en el Juzgado número treinta y cinco de Madrid, donde se les acusa de delitos penados con muchos años de cárcel. Sin embargo, en Marsans consideran que el vergonzante acuerdo político entre Madrid y Buenos Aires permite a Gerardo Díaz lanzarse al estrellato empresarial. Esperanza Aguirre ya ha elegido al líder de su Neguri particular, que no sólo tendrá que luchar contra los neguris socialistas sino contra otros neguris de su propio partido, por ejemplo el neguri de Ruiz Gallardón y sus amigos, el malogrado Fefé y el menos malogrado Florentino Pérez.