Ahora que sabemos con precisión los conocimientos que George Bush tiene de la lengua española, y que ya alcanza a las frases interrogativas (¿Qué tal, amigo?), podemos calibrar por dónde camina la política exterior española del actual Gobierno, si es que no se sitúa en el mismo espectro de la política exterior: ninguno.

Pero no, siempre hay una política, aunque sea de omisión. Percibámosla a través de los detalles de un Gobierno hecho a semejanza de su líder: ni se le ama ni se le odia, provoca una abúlica, aunque electoralmente rentable, indiferencia.

Por ejemplo, el rey de Jordania, Abdalá II, visita España. La monarquía hachemita es partidaria entusiasta del Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir, de la globalización de los ricos (movimiento que responde al lema: ¡Millonarios del mundo : uníos contra los miserables!), del imperialismo demográfico y, sobre todo, de un Gobierno Mundial creado desde Naciones Unidas. Miembros de la Casa Real participan en actividades de la ONU, tendentes a la creación de ese Gobierno Mundial, tales como la Carta de la Tierra, el Parlamento de las Naciones o el Club de Roma. Sin ir más lejos, el presidente del Club de Roma, una pieza clave, junto a la Trilateral del Nuevo Orden Mundial, es el príncipe El Hassan Bin Talal. Por eso, a Jordania no la percibimos como un país fundamentalista islámico. Y en verdad no es fundamentalista, es new age, y el que suscribe todavía no tiene claro cuál de ambas cosas es peor.

Pues bien, Abdalá II visita Madrid y se entrevista con Zapatero momento que el presidente español, siempre dispuesto a decir sí, apoya la retirada de las tropas sirias del Líbano. Lo pide ahora, cuando nuestro superior jerárquico en materia diplomática, Francia, ha decidido amigarse con Estados Unidos y favorecer su política de mano dura con un país radical como Siria (una tiranía laica, supongo que de las que les gustan a Zapatero) e Irán. Alemania y Francia han virado, y nosotros, tras abofetear a Estados Unidos, obedecemos dócilmente los dictados de alemanes y, sobre todo, de franceses. Para eso estamos. De esta forma, el habilidoso ZP consigue matar dos pájaros de un tiro : los norteamericanos nos castigan económicamente y los franceses vuelven a sodomizarnos en nombre de la ilustración y el progresismo, naturalmente.

El alineamiento de Zapatero con el Nuevo Orden Mundial es, por tanto, un alineamiento indirecto : vía París. Así, por ejemplo, podemos conseguir maravillas como la del último informe de la ONG (una de la favoritas de Naciones Unidas y el NOM) Human Rights Watch (HRW, siglas en inglés, idioma poco apto para las abreviaturas, por lo que podríamos traducir el nombre de esta ONG, en verso libre, como derechos humanos del tiempo, para distinguirlos de los derechos humanos congelados). No olvidemos que el mayor empeño de Kofi Annan, y así lo ha reconocido, especialmente durante la Cumbre del Milenio, consiste en que el siglo XXI sea el siglo de las ONGs, que deberían votar con igual poder que los Estados en la Asamblea del organismo mundial.

Pues bien, al igual que Amnistía Internacional (AI), HRW no considera que el derecho a la vida forme parte de los derechos humanos. Es más, lo que valoran son los derechos reproductivos, es decir, el aborto es un derecho. Sin embargo, miren por dónde, durante su último informe sobre libertades en España, Human Rights considera que la dispersión de etarras por distintas cárceles españolas atenta contra los derechos humanos. ¡Qué casualidad! Precisamente, el reagrupamiento de etarras en cárceles del País Vasco, o próximas a él, es una de las concesiones que Zapatero está dispuesto a otorgar al Partido Nacionalista Vasco (PNV), si accede a bajar del monte, a formar un Gobierno de coalición con el PSOE y a renunciar al Plan Ibarretxe (no se crean la promesa de Zapatero de que no piensa gobernar con el PNV).

Es más, Human Rights define la actividad terrorista de ETA como violencia separatista, y ni una sola vez aplica el concepto de terrorismo a estos chicos tan majos que últimamente tienen la delicadeza de asesinar a menos gente.

Otro detalle de política exterior zetaperista. Yo no sé si Washington quiere asesinar al venezolano Hugo Chávez, pero sí sé que tras las potencias nucleares, o prenucleares, filoterroristas (Corea e Irán), la principal preocupación de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, es Venezuela. Con el dinero del petróleo venezolano y un majadero de la talla de Chávez, se está gestando un resurgir del marxismo en Iberoamérica, esta vez de la mano del indigenismo petrolero y gasero. Digo gasero porque Bolivia es un campo de gas, que los cocaleros y sindicalistas indigenistas bolivianos se niegan a vender para no dárselo al gringo. Con ello, la población se muere de hambre pero, eso sí, se muere de hambre tendida sobre un campo de gas que podría hacerles multimillonarios.

Pues bien, a ZP no le consta, pero a la diplomacia norteamericana sí que le preocupan los viajes del ministro de Defensa, José Bono, a Venezuela. En Caracas, Bono colocó como embajador a Raúl Morodo, el septuagenario socialdemócrata (todo un progre) que fuera el mentor del ministro de Defensa cuando se inició en el mundo político. En Washington preocupan los acuerdos sobre suministros militares españoles a Venezuela y preocupan también los contratos civiles, porque no está claro quién se está beneficiado de ellos. En cualquier caso, para Rice, España ha pasado de ser un país que colaboraba en la democratización de Iberoamérica (si bien es cierto que en ocasiones de forma tacaña) a un país que alaba al dictador venezolano, uno de los peligros a los que se enfrenta el mundo. Los negocios de Raúl Morodo y José Bono en Venezuela preocupan y mucho.

Son breves trazos de la política exterior española del momento, que podríamos resumir así: no pintamos mucho en el mundo, pero cualquier elemento del Nuevo Orden Mundial puede utilizarnos como un peón de brega más en sus propósitos: Chirac, Chávez, Mohamed VI, Abdalá II, etc.

Pero, ya saben lo que dicen: Cuando una señora dice no, es que quiere decir quizás. Cuando dice quizás, es que quiere decir sí. Y si dice sí, es que no es una señora. Con el diplomático ocurre al revés: cuando un diplomático dice sí, quiere decir quizás. Cuando dice quizás, quiere decir no, Y cuando dice no, es que no es un diplomático. Y estoy en disposición de jurarlo : Zapatero se sabe el chiste.

Mientras tanto, Juan Pablo II ha vuelto a ingresar en el hospital. El gran enemigo del Nuevo Orden Mundial (y ellos lo saben) está recorriendo la etapa final de su vida. Hace doce días, otra casualidad, que murió Sor Lucía, la última vidente de Fátima, y no creo que sean necesarios más comentarios sobre la hilazón entre ambos procesos.

En el momento presente, se está dando una situación muy similar a lo que aconteció a la muerte de Pío VI, el Papa de la Revolución Francesa, fallecido el 29 de agosto de 1799. La muy ilustrada prensa gala tituló : Pío VI y último. El entrante siglo XIX iba a escribir el epitafio de la Iglesia. Ahora, los representantes del Nuevo Orden Mundial, los conscientes y la mayoría borreguil que les secundan, consideran, igualmente, que Juan Pablo II será el último Papa católico. Naturalmente, se equivocan, sí. Pero, ¿a que tienen muy mala uva?

Eulogio López