Sr. Director:
Ese es mi deseo, pero la esperanza no siempre se basa en razones objetivas. En el caso de la defensa de la dignidad de la vida existen hoy dos corrientes muy definidas.

La defensa a ultranza desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, sin excepciones, y la mentalidad relativista que elimina todo aquello que no es rentable. Ocurre además que las estrategias de manipulación del leguaje y de las emociones han conseguido deformar las conciencias hasta hacernos perder el discernimiento y confundirnos.

Una de estas estrategias es utilizar las opiniones de celebridades y gente del famoseo para influir en la opinión pública, en general, a propósito de un caso límite como fue el de Ramón Sampedro.

La película Mar adentro sobre su vida es de vergüenza; me refiero a su intencionalidad política durante el gobierno de Zapatero para justificar las sedaciones del doctor Montes y hacer ver que la eutanasia es un acto de piedad con el sufriente. Hitler había hecho lo mismo con Yo acuso, una película ideada por el Ministerio de la Guerra para promocionar su plan de eutanasia.

Hoy, la eutanasia está despenalizada en muchos países, y allí donde no lo está, ante casos de suicidio asistido claro, los jueces miran para otro lado. ¿Se da cuenta de que no se investiga ningún caso Otra de las estrategias de los vendedores de "muerte digna" es presionar a jueces y políticos para promover el debate mediático para propiciar el cambio. Por tanto, volviendo a su pregunta, yo creo que la deriva suicida continuará su rumbo. Pero todos tenemos culpa.

Quizá a los defensores nos falte tesón y valentía. Quizá tenemos miedo a que se nos cierren puertas. Ir por la vida de católico/a, sin red, y defendiendo la vida, sin eufemismos, las cierra. ¡Que me lo pregunten a mí!

Jesús Domingo Martínez