Sr. Director:
Como ciudadano español me siento en la obligación moral ineludible de trasmitir mi opinión. A mi juicio, deben de tenerse en cuenta varios hitos que van a condicionar el futuro de una democracia en España.

 

-Las democracias vacilantes y preocupadas exclusivamente por el voto (objetivos electorales) están condenadas al fracaso y a dar paso más tarde o temprano a gobiernos dictatoriales, bien dentro de la misma democracia (mal menor) a bien fuera de la misma.

-Las democracias que no cumplen la separación auténtica de los tres poderes están abocadas a desaparecer, a llevar como mínimo una vida vacilante en la cual caben todos los males que tenemos actualmente en la sociedad española; como corrupción, despilfarro, nepotismo, falta de honradez y abusos de poderes sobre los más débiles.

-Durante la corta vida la clase política ha introducido en la sociedad todas las características que han hecho de ella una  sociedad enferma.

Se han socavado y mucho veces, todas aquellas realidades y símbolos a que hacen de una nación, un ente vivo capaz de superar dificultades y mejorar.

Se insiste en la destrucción de la identidad religiosa de España y simultáneamente de la familia.

Como consecuencia de esto último se ha desarrollado una cultura de baja calidad y sólo digna de presentarse en los medios de comunicación de la más baja estofa.

En aras de una pretendida liberación de la mujer la inducen a la pérdida más clara de su dignidad, al aborto, al asesinato de su propio hijo.

La desaparición de muchas de las libertades individuales, cada día aparecen nuevas prohibiciones, en beneficio de unas supuestas libertades colectivas preconizadas y diseñadas por el partido.

Jesús Martínez Madrid