Lo ha dicho el presidente saliente o salido, no lo sé- de Honduras: Dios está con nosotros y la coincidencia con el lema que figuraba en el cinturón de los soldados alemanes durante el régimen hitleriano resulta un tanto sospechosa. En mi opinión, al Padre Eterno hay que dejarle fuera de la trifulca política.

Zelaya ha afirmado otras cosas. Por ejemplo, ha llamado a la insurrección, al tiempo que pide al as masas que acudan alas fronteras, porque el día 24 entrará por tierra, o quizás por algún punto aéreo o quizás por la frontera marítima. Y él sabrá por qué y, sobre todo, cómo, pero asegura que la movilización de los hondureños ya ha comenzado.

Zelaya representa y no ha sido siempre así, todo hay que decirlo- el espíritu miliciano. La utilización de las turbas como escudo humano para lograr un objetivo político y, en una segunda etapa, cuando se alcanza el poder, la formación de fuerzas paramilitares.

La sospecha es que, desde el sur, desde Nicaragua, los sandinistas, que saben mucho de movilizaciones, está preparando el golpe de estado miliciano con el apoyo de los papanatas de la llamada comunidad internacional. Insisto en que es crucial que Honduras resista, que el presidente Micheletti nos permanezca a la defensiva y que se prepara la convocatoria de elecciones, y que esa elecciones sean en verdad libres. Para ello se precisa que los dos personales que polarizan hoy el país, Zelaya y Micheletti, renuncien a presentarse a las elecciones y que, importante, se mantenga la ley sobre imitación en el poder, que es la que quería romper Zelaya.

Al final, las conversaciones en Costa Rica han sido una trampa desde el principio. El mediador, premio Nóbel de la Paz, Óscar Arias es uno de los personajes más significados del Nuevo Orden Mundial (NOM) esa arquitectura de poder global que une a la izquierda y a la derecha bajo lo políticamente correcto, los progres de izquierdas y de derechas unidos bajo un único sistema, el que imponen los mercados financieros, de ideología eco-panteísta y empeñado en reducir el número de seres humanos que pueblan la tierra. El NOM sólo tiene un enemigo: el cristianismo. Arias es uno de los impulsores de la Carta de la Tierra y desde el principio ha sido un árbitro imparcial: ha jugado con entusiasmo a favor de Zelaya y de una democracia formal, que se conforma con la existencia de elecciones aproximadamente libres, una democracia nominativa, tan de moda hoy en Iberoamérica. Con distintas variantes, esa degeneración hacia la tiranía desde la democracia siempre comporta la eliminación de todo límite a la permanencia en el poder. Es decir, el camino que había comenzado Zelaya: la democracia nominal.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com