Mal está que un rico se convierta en un demagogo y, o bien muestre una tan falsa como intensa preocupación por los pobres, o bien asegure que él no era tan rico como aparenta.

Ahora bien, hacer demagogia con la miseria es algo un poco más preocupante. Ejemplo: la portada de 20 Minutos correspondiente al martes 30 de abril. Atención al titular: 9 madres solteras y sus 10 hijos 'okupan' un edificio. Su abogado, y portavoz, se promociona gratis por la 'vía social'. Ojo a la declaración de derechos. "No puede haber pisos eternamente vacíos y gente pasando frío en la calle".

Y es que vivimos tiempos progresistas. Ahora, los okupas tienen abogado y portavoz y 20 minutos les ofrece cobertura mediática.

Los pobres de antes acudían a casa de un familiar o un amigo, a Cáritas y otros albergues católicos, al albergue municipal o debajo del puente. Ahora no, se fotografían desafiantes ante una propiedad ajena que, por leso delito de vaciamiento, merece ser ocupada.

El diario, que, naturalmente, está con los pobres, es decir, con okupas, nos informa de que ocho de las nueva okupas son madres solteras. Es decir, que algunas son solterísimamente madres. Repiten la experiencia.

Oiga, y desde luego que hay que ayudar a una madre soltera, que es lo que hace la criticada Iglesia católica, a encontrar un techo. Sobre todo, porque está cuidando de un hijo que no cuenta con el apoyo de un padre. Pero parece muy extraño este episodio en el que unas madres, que han bautizado su allanamiento como "La corrala de las luchadoras", trasladan allí a unos hijos a los que sabe que van a echar en breve plazo y que, encima, se puede quedar sin padre y sin madre, si sus progenitoras son condenadas por su delito. Y en el mejor de los casos acabarán en un centro de acogida y con antecedentes. Entonces, ¿por qué no empezar por el centro de acogida

Miren ustedes, el propietario que tiene un piso vacío es tonto, no genera ningún ingreso por él mismo. Otra cosa es que no lo alquile porque la ley protege al inquilino y perjudica al propietario. Pero entonces no hay que promocionar la okupación, sino cambiar la ley. Si ayudas al propietario ayudarás al inquilino. He dicho al inquilino no al jetas.

Para mí que el socialismo y el comunismo no eran más que la institucionalización de la envidia. Pero aún más triste es que, ahora que no quedan socialistas, sólo progre-capitalistas, hayamos prescindido de la justicia social del socialismo y nos hayamos quedado con la envidia, a secas.

En cualquier caso, como los periodistas sigamos haciendo la demagogia de la miseria, conseguiremos dos grandes triunfos: una España más mísera y una España más demagoga.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com