La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, no había sido suficientemente aleccionada en los principios radiofónicos básicos: los micrófonos los carga el diablo y aunque creas que no te oye nadie, que estás en una radio comarcal y es de madrugada, siempre hay alguien al otro lado. Pues nada, ella, locuaz y pensando estar en off, afirmó estar harta del plan Galicia de mierda.

Ahora las cosas son distintas. Más que nada porque Touriño ha ganado las elecciones. Y ahora el plan Galicia de mierda se convierte en un esfuerzo presupuestario especial para el 2006. Por si no se había entendido suficientemente bien, el ministro de Administraciones públicas, Jordi Sevilla, nos explica la teórica: se trata de una discriminación positiva para las CCAA de segunda velocidad.

Agárrense porque vienen curvas en la primera velocidad. Cataluña no tendrá -bajo este principio- una discriminación positiva. Además, el anuncio del esfuerzo especial despierta las sospechas sobre el reparto partidista de los fondos destinados a financiar el déficit sanitario. Como ya hemos informado, la utilización partidista de los 50 millones de los fondos de dependencia disparó todas las alarmas. Ahora Sevilla afirma que el sábado informará formalmente a las CCAA del contenido de la agenda de la Conferencia de Presidentes. Un poco atropellado.