Sr. Director:
Con motivo de la elección del nuevo Papa, Francisco, y las acusaciones de colaboración con el anterior gobierno de su país, algunos escritores y medios de comunicación social han querido comparar esta posible relación con la que mantivo el beato Juan Pablo II con el anterior régimen chileno.

Está claro que las dos acusaciones eran falsas y sin fundamento. Sobre lo de Chile, dos son los simbolos que reflejan la relación que guardaba Karol Wojtyla con el dictador chileno. En octubre de 1988, el Papa Juan Pablo II le dio la comunión al dictador Augusto Pinochet durante su visita a Chile; y, más tarde, el 18 de febrero de 1993 envió un telegrama a Pinochet felicitando a él y a su esposa por sus bodas de oro.

Si a eso, lo primero por católico y lo segundo por cortesia diplomàtica, se le llama relación estrecha ya se sabe que la intención de los acusaciones es marrullera y no acalaratoria ni bien intencionada.

Enric Barrull Casals