Sr. Director:

Quiero hacer un análisis somero de lo visto en Televisión en el debate del nuevo Estatuto de Cataluña el día 2 de noviembre del año 2005 en el Congreso.

1) Lo primero que choca al español medio es que un grupo parlamentario que representa a 10.000.000 de votos disponga de menos tiempo total que diez portavoces parlamentarios que representan a un millón de votantes. Hay ahí una anomalía democrática importante a corregir.

2) Democráticamente es obsceno que nos endilguen por televisión catorce portavoces unidireccionales, como lo es que algunos minúsculos grupos de diputados y votantes falten al respeto al partido mayoritario de la Oposición, que obtiene sus votos en el total del Estado y cada una de sus comarcas.

3) Que varios portavoces censuren la participación ciudadana en el debate previo de la calle, y se erijan en un pretendido régimen de exclusividad política, elitista e ilustrada en el que únicamente 15 portavoces parlamentarios puedan y deban opinar sobre los temas políticos del país, es antidemocrático y profundamente reaccionario. Ajeno a la tradición de las democracias liberales de Occidente. Varios portavoces de la izquierda y los nacionalistas han atacado los principios sobre los que se asienta el régimen básico de libertades y democrático de representación. Los ciudadanos y las ciudadanas tienen perfecto derecho a participar en los debates previos en la calle y a opinar, incluso cuando no es para coincidir con los diputados nacionalistas, y a que no se les insulte o amenace por ello desde la tribuna del Congreso de los Diputados. Lo mismo hay que decir de los medios de comunicación, insultados por los diputados.

4) Las carencias democráticas, y el despotismo e integrismo ideológico y dialéctico de los nacionalismos e independentismos, son intrínsecas, y cada vez quedan más de manifiesto. No es explicable que el PSC y el PSOE coincidan ahora con ese mundo, igual que resulta ser inconcebible que IC y IU mantengan algunas posiciones políticas despóticas, ajenas a la historia y tradición del socialismo de izquierdas en Europa.

5) El Partido Popular ha hecho una buena defensa de la Constitución y de la Nación constitucional, pero electoralmente ya no va a crecer más con ese discurso ya completado. No agotado pero que ha alcanzado su techo. Debería el PP incidir mucho más en los problemas sociales de los españoles que hasta ahora no les votaban, y sobre todo llegar a buenos Acuerdos y Pactos electorales con grupos regionalistas moderados en las distintas realidades regionales españolas. Ya existentes o impulsados desde el centro derecha español, con fines electorales.

6) El Congreso de los Diputados debe resolver con acierto e inteligencia el problema de los grupos parlamentarios en Congreso y Senado. Debería permitirse a los partidos nacionales de ámbito estatal,-si éstos lo desean-, formar un Grupo Nacional propio y tantos grupos autonómicos propios como quieran, de tal forma que el PP y el PSOE no se vean en inferioridad de condiciones respecto de la sopa de las siglas de los nacionalistas minoritarios en la Tribuna del Congreso y del Senado.

7) En asuntos de Estado, el PSOE y el PP debe alcanzar acuerdos básicos. Tal es el caso del Estatuto de Cataluña y de Valencia.

No habría que descartar las posibilidad de que Rodríguez Zapatero se vea necesitado de o bien convocar elecciones anticipadas o bien de tener que dimitir, si José Bono, Chaves, Rodríguez Ibarra, Vázquez, Rosa Díez, Alfonso Guerra y otros líderes históricos del PSOE se mantienen firmes en la defensa de la Constitución y su artículo 2º, entre otros.

Antonio-A. Calatrava Montiel

calatravamanchego@hotmail.com