El único comunicado que quiere comentar este Gobierno de la banda terrorista ETA es aquel en el que se anuncia su disolución, que abandonan definitivamente la violencia. Esta era la respuesta repetida hasta en cuatro ocasiones por la vicepresidenta del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega a las preguntas de los periodistas sobre el comunicado que ETA publicaba esta mañana en el diario proetarra Gara.

En el comunicado, ETA dejaba claro que el Pacto Antiterrorista estaba muerto y ponía un precio a la paz: la autodeterminación de Euskal Herria. ¿Cómo encaja este comunicado con la oportunidad para la paz a la que se refiere Zapatero? ¿Supone una decepción para el Gobierno? La ministra portavoz no contesta y repite su discurso aprendido. Una señal de poco respeto con los medios informativos y con la ciudadanía en general que aspira a conocer la posición de su gobierno después del duro varapalo de ETA al eventual proceso de negociación emprendido por el Gobierno.

No obstante, la vicepresidenta reconoce en privado que el comunicado de ETA ha supuesto una decepción y un jarro de agua fría en un Ejecutivo que había despertado las esperanzas de paz. Parece claro que los duros de ETA Txeroki & Co- se imponen a la ETA negociadora, liderada por Josu Ternera El mensaje de ETA al que nos referíamos hace una semana se cumple a rajatabla: Que sepan que el enemigo del gobierno no es el PP, sino nosotros, afirman fuentes cercanas al entorno etarra. Y obviamente eso es una decepción para el camino hacia la medalla de la paz.

Estamos donde estábamos, señala De la Vega para quien las bombitas de Zaragoza o el comunicado de la mañana del viernes no cambia la situación. ¿Ya, pero hacia dónde avanzamos? Le pregunta un plumífero. Esperemos que en la dirección correcta, responde la ministra portavoz. Debe de ser el optimismo antropológico de Zapatero al que hace algunas semanas hizo referencia la vicepresidenta. Sí, eso debe de ser.