El pasado jueves, dos periódicos de Barcelona publicaban la hoja de ruta del proceso de negociación con ETA. Este viernes, el diario ABC publicaba en portada que el arranque de la paz se produciría tras una gran manifestación y sugería que coincidiría con el Aberri Eguna. En paralelo, el director de Relaciones Institucionales del PSOE, Alfonso Perales permanece alimentando la especulación: Se abre camino la idea de que la violencia no es el camino. Y por si fuera poco, el lehendakari Ibarretxe señala que hay que estar preparado para cosas buenas.

¿Hay o no hay cocina negociadora? Según De la Vega, no hay nada. Hasta que ETA no de muestras fehacientes del final de la violencia, el Gobierno no iniciará el proceso de paz y esas circunstancias no se han producido. Tan no se han producido que este mismo jueves ha vuelto a estallar una bomba en un pueblo de Vizcaya. Y a la vicepresidenta casi se le olvida condenar tajantemente los atentados de esta semana.

La cosa no termina de convencer a los periodistas que insistimos en si hay o no hay negociación, contactos, consentidos o permitidos. Lo puedo decir más alto, pero no más claro. El gobierno no dará ningún paso hasta que haya constancia y evidencia del abandono de las armas. Pero los plumíferos insisten. ¿Existen o no existen contactos? La vicepresidenta empieza a molestarse. Hacía varias preguntas que había rogado prudencia y que no se levantarán especulaciones. Repite su discurso y añade con tono de maestra de escuela: ¿Está claro?.

Clarísimo. El discurso de la vice resulta transparente. Pero un poco incompatible con las expectativas levantadas por el presidente del Gobierno. ¿No habrá sido el propio Zapatero quien ha levantado esas expectativas? Le preguntamos. El Gobierno lo que está haciendo es dar información a los ciudadanos que tienen derecho a saber. Todo el aparato de seguridad del Estado está trabajando, que es lo que tiene que hacer

Poco convincente.

- Ya, pero el presidente estuvo solemne

- El presidente siempre está solemne, responde De la Vega, que insiste en que el presidente sólo dijo obviedades: que existe información que no facilita por tratarse de información sensible y que el gobierno trabaja por la paz. Como han hecho todos los gobiernos.

- Entonces, ¿qué está pasando? Pregunta Hispanidad a la vicepresidenta

- Nada, no hay ninguna novedad.

De la Vega permanece encastillada en su discurso y en la petición de prudencia a los medios de comunicación. Eso sí, reconoce que algo se está moviendo y que en el País Vasco está todo el mundo de un lado para otro. ¿Calendario? Tampoco quiere mojarse. Ojalá que sea la próxima semana, pero puede ser dentro de dos meses.

En resumen, que De la Vega no quiere que nos llevemos un blanco o negro para que hagamos una crónica sin otra información. Pero tampoco quiere especulaciones. Ambos objetivos parecen incompatibles. Porque además, es consciente de que la prensa estará detrás de la información, empujando al Gobierno a dar pasos más allá de lo que ha dado.

 Es complicado porque si después del papel, tenemos un susto, ¿qué hacemos?, se pregunta la vicepresidente. Entonces, es que el cese de las armas no ha sido definitivo o que existe una ETA auténtica, le responde hispanidad. De la Vega insiste en que el proceso es complejo y vuelve a insistir por enésima vez en la petición de prudencia y sosiego a los medios de comunicación para no caer en especulaciones infundadas. El ministro del interior sonríe y afirma, pero no quiere atender a los periodistas al acabar la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Ni siquiera tiene una sugerencia para el sustituto del Alto Comisionado para las Víctimas. No es de mi ventanilla, afirma.

Mientras tanto, De la Vega elude pronunciarse sobre el distanciamiento de Bono: Lo que conozco, no me gusta. No voy a hacer declaraciones sobre manifestaciones políticas. Por la misma razón, también evita manifestarse sobre las declaraciones de miembros del tripartito en el sentido de que no habría ni vencedores ni vencidos. Eso sí, pide bajar el nivel de crispación y hace un llamamiento al principal partido de la oposición para que se sosiegue y regrese a la serenidad. La fecha de la reunión con Rajoy -de momento- sigue pendiente de agenda.