Así las cosas, el vecino francés no se muestra especialmente cómodo con la mayor regularización de la historia, Caldera dixit. Sin embargo, para De la Vega la realidad es otra. Lo demás no se corresponde con lo ocurrido, afirma la portavoz. No hubo críticas al proceso y todos consideraron razonable la regularización española y aceptaron y respetaron el proceso. Curioso que De la Vega califique el proceso con un humilde razonable, cuando el ministro del ramo, Jesús Caldera, prefería darse autobombo refiriéndose al éxito de la regularización.
Como prueba de que no existe ningún problema, De la Vega menciona el editorial de Le Monde en el que alaba el procedimiento español. No ha habido ningún problema especial con Francia, afirma De la Vega. Menos mal. Según la vicepresidenta, lo que sí hubo fue una petición francesa, y también española, para coordinar las políticas comunitarias en materia de inmigración. Vale, aceptamos pulpo como animal de compañía.