Los ministros de Interior de 5 países comunitarios se reunieron ayer para evaluar el proceso de regularización masiva emprendida por el gobierno español. El ministro de Interior francés, Villepin criticó las regularizaciones masivas y anunció el establecimiento de mecanismos de alerta ante iniciativas unilaterales. Conviene recordar que, existiendo un espacio europeo único, los problemas de inmigración españoles son problemas de inmigración europeos. Y que si el proceso español ha generado efecto llamada, los inmigrantes ilegales que se encuentran en suelo español pueden cruzar la frontera sin ningún tipo de impedimento.

Así las cosas, el vecino francés no se muestra especialmente cómodo con la mayor regularización de la historia, Caldera dixit. Sin embargo, para De la Vega la realidad es otra. Lo demás no se corresponde con lo ocurrido, afirma la portavoz. No hubo críticas al proceso y todos consideraron razonable la regularización española y aceptaron y respetaron el proceso. Curioso que De la Vega califique el proceso con un humilde razonable, cuando el ministro del ramo, Jesús Caldera, prefería darse autobombo refiriéndose al éxito de la regularización.

Como prueba de que no existe ningún problema, De la Vega menciona el editorial de Le Monde en el que alaba el procedimiento español. No ha habido ningún problema especial con Francia, afirma De la Vega. Menos mal. Según la vicepresidenta, lo que sí hubo fue una petición francesa, y también española, para coordinar las políticas comunitarias en materia de inmigración. Vale, aceptamos pulpo como animal de compañía.