Ambas partes se han dado plazo hasta el 1 de enero. En campaña, la familia socialista debe estar unida: medios públicos, PRISA y Mediapro. Se trata de que Sogecable ceda partidos en abierto a La Sexta hasta que se consolide. Luego, se impondrá el sistema italiano: todo el fútbol de pago. El ex presidente de Telefónica Juan Villalonga, apoya a Roures y a los Migueles frente al Imperio Polanco. ZP apoya al canal televisivo más amarillo mientras defiende el pacto en defensa de la infancia en TV

No era boxeo de salón, sino un combate áspero, especialmente por la inconmensurable soberbia de los contendientes, que no sólo se jugaban el cocido sino, además, su cuota de poder. PRISA-Sogecable y La Sexta-Mediapro, han llegado a los tribunales y, lo que es más duro, han roto la familia socialista en periodo preelectoral. Por una parte, los felipistas, el viejo socialismo, y, por otra, los zapatistas, junto a los Migueles (Miguel Barroso y José Miguel Contreras), La Sexta, Mediapro y Público... y, no lo olvidemos, el ente público RTVE, alineado con La Sexta y con Mediapro.

Lucha a muerte, donde no han faltado las puñaladas traperas dirigidas desde El País contra la ministra de Vivienda, Carme Chacón, esposa de Miguel Barroso, a quien el diario de los Polanco ha calificado de corrupto y ha auscultado toda su vida.

Es más, Jaume Roures, el hombre de La Sexta, considera que ZP no está apoyándoles como debiera. Y es cierto, ZP sólo está pensado en el pacto entre sus dos apoyos mediáticos descarados, para formar un bloque sólido con el que afrontar las elecciones de marzo.  

El acuerdo consiste en los siguientes puntos: retirada de la demandas cruzada entre ambos grupos, que PRISA ceda partidos de fútbol, no cualquier partido, hasta que se modifique la norma vigente, que aclarará la pugna entre los derechos vendidos de los clubes y los de la Liga Profesional y, atención, que irá hacia sistema italiano: en otras palabras, que el fútbol deje de ser de interés general y que aquél que quiera fútbol televisado pague. O sea, todas las retrasmisiones de pago, con lo que tanto Digital como La Sexta -en su canal TDT codificado- siga emitiendo sus partidos.

Por cierto, Roures cuenta con apoyos importantes, además de con Juan Abelló, accionistas del entramado, con el del ex presidente de telefónica, Juan Villalonga.

Conclusión: hay que firmar el acuerdo antes de fin de año, para que los dos meses de campaña sean limpios: todos unidos frente a la pérfida derecha.

Lo más "curioso" de toda esta farsa es que la vicepresidenta De la Vega -que tan buenas relaciones mantiene con Juan Luis Cebrián- se ha convertido en valedora de un modo de hacer televisión que contradice todos los convenios en defensa de los derechos del niño y contra la televisión basura, firmados bajo su auspicio. A día de hoy, Cuatro es una TV que practica la telebasura y La Sexta es, sencillamente la reina de la telebasura y la procacidad.