Las estadísticas demuestran que las campañas de información para la prevención de embarazos no deseados generan un entorno de promiscuidad sexual y de banalización de las relaciones que despiertan un sentimiento de falsa seguridad. Esa falsa seguridad lleva a más embarazos no deseados y más abortos. Sin embargo, el Gobierno se empeña en negar la evidencia y confía en que la estrategia de información y prevención supongan una reducción en la cifra de abortos.
¿Cuántos abortos menos habrá con la nueva ley?, le preguntaron este jueves a la ministra de Igualdad. Aído no contestó. Tampoco De la Vega, aunque se aventura a afirmar que habrá un recorte drástico en la cifra de abortos. Como ocurrió con la campaña del Póntelo, pónselo. Un ejemplo de cómo la ideología niebla la capacidad de observar la realidad de correlación estadística entre campañas y embarazos no deseados y abortos.
