No hubo un sólo gesto de duda. La vicepresidenta De la Vega aseguró el pasado viernes que el presidente Zapatero se reuniría con el Rey Mohamed VI de Marruecos para tratar los asuntos migratorios. La relaciones bilaterales son fundamentales y estamos trabajando permanentemente con Marruecos. Pues bien, se le pinchó el globo. La reunión no se va a producir, al menos de momento. Ni siquiera ha sido pospuesta a finales de septiembre. Ha quedado aplazada sine die. Y es que la diplomacia española ha conseguido que hasta el reino de Marruecos se suba a las barbas.

Este nuevo escenario abre paso a nuevos conflictos pesqueros y a nuevas avalanchas sobre las verjas de Ceuta y Melilla. Al tiempo. Por otra parte, una vez que el contingente de legionarios y paracas parta para Líbano, ¿quién defenderá el territorio español frente a eventuales agresiones marroquíes? Es verdad que el grueso de los soldados españoles permanece en el país, pero también es verdad que la mayoría de los soldados de elite se encontrarán fuera de nuestras fronteras.