La vicepresidenta del Gobierno ha preferido mantener un perfil bajo en la polémica abierta entre el Gobierno y la Iglesia a cuenta del matrimonio homosexual y otros asuntos de la agenda. Este Gobierno no tiene ninguna voluntad de confrontar con la Iglesia, señala la ministra portavoz para informar después de que el próximo jueves se constituirá la mesa de diálogo Iglesia-Estado para debatir materias relativa a educación.

No obstante, De la Vega apuntilla que la mayoría de los españoles apoyan la regulación del matrimonio homosexual y que deberá de ser la Iglesia quien dé explicaciones de por qué sale a la calle precisamente por este tema. Vamos, que los curas han dejado de ser tenebrosos, pero siguen siendo un pelín incómodos.