Además, el ministerio de Fomento aportará 16 millones de euros a la Generalitat para la mejora de los tramos cediditos

El pasado sábado se encontraron la vicepresidenta De la Vega y el presidente catalán, Josep Montilla, para hablar de asuntos bilaterales. Eso sí, sin concretar. Tan sólo, buen rollito y foto amables entre ambos. Para asfaltar la reunión, un día antes, el viernes, el consejo de ministros aprobó la cesión de la titularidad de varios tramos de carreteras de Fomento a la Generalitat catalana. Según explica Fomento, estos tramos son cedidos al "haber perdido la funcionalidad en el largo recorrido, ya que existen tramos de autovía alternativos".

Pero Fomento no sólo cede la titularidad, sino que además, extiende un cheque de 16.230.600 euros para la mejora de los tramos traspasados. Por aquello de la corresponsabilidad fiscal, imaginamos.

Curiosamente, en el mismo Consejo de Ministros se acordó también el traspaso a Fomento del tramo Olot-Ripoll de la C-26 por entenderse que son más adecuados para el tráfico de interés general. Por supuesto, a la Generalitat no se le ha ocurrido poner un euro para la mejora del firme. Cuestión de reciprocidad.