Caso Torras. Javier de la Rosa ha sido condenado a cinco años y dos meses de prisión por un delito continuado de apropiación indebida y otro de falsedad documental. En el mismo caso era condenado a un año asimismo, por apropiación indebida Manuel Prado y Colón de Carvajal, más conocido en los círculos financieros como el administrador del Rey de España. Ambos personajes ya estaban en prisión por el mismo caso y, como alguien ha recordado la sombra del Rey es alargada. En otras palabras, Javier de la Rosa siempre ha defendido que el dinero del que se le acusa haberse apropiado fue a parar a Manuel Prado y Colón de Carvajal, quien, siempre según la misma fuente, actuaba en representación de su majestad el Rey. Incluso se ha demostrado que ni de la Rosa, ni Manuel Prado se quedaron con ese dinero aunque no se ha podido demostrar su destino final.

Lo más curioso es que mientras que De la Rosa y Prado eran re-condenados, el Rey presidía el vigésimo aniversario del diario económico Expansión en el que advertía que La Corona siempre estará a disposición para ayudar al mundo empresarial.

Por cierto, el requetecondenado Javier de la Rosa es hoy un personaje que ha pasado por un montón de prisiones y al que alguna mente procelosa le troceó las causas judiciales pendientes en lugar de agruparlas, en una sola, como se hizo con Mario Conde en el caso Banesto. Eso ha hecho que su rosario de juicios no termine nunca y que sus principales beneficiarios hayan sido los despachos de abogados, especialmente los del grupo Kio, como por ejemplo el famoso bufete de Miguel Bajo. Los kuwaitíes se vienen gastando en abogados en España la friolera de dos millones de euros para quedar al margen de cualquier responsabilidad.

La familia reinante en Kuwait, los Al Sabah se ha encargado de centrar las responsabilidades penales en su representante en España, Javier de la Rosa, del mismo modo que Manuel Prado y Colón de Carvajal ha servido de parapeto a cualquier investigación posterior.

A día de hoy Javier de la Rosa no tiene un duro. Hasta el punto de que su hija, una abogada sin ninguna experiencia, es quien defiende su causa, y los pocos amigos que le quedan los que le ayudan económicamente para poder llegar a fin de mes.