Todos nos alegramos de que un asesino recalcitrante como el etarra De Juana Chaos no abandone la cárcel tras haber pasado en ella 18 años: continúa con las mismas ganas de matar que el primer día.

Ahora bien, parece peligroso que los tribunales hayan reparado en el bonancible tratamiento legal que se le estaba dispensando justamente 30 días antes de abandonar la prisión. Un precedente muy peligroso. Está claro que lo mejor sería modificar la normativa actual (en aquellos aspectos ni mucho menos solucionados por el nuevo Código Penal) de la que se ha aprovechado el etarra, en lugar de buscarle nuevos delitos que achacarle: ¿O es que la apología del terrorismo que De Juana cometió a través del diario abertzale Gara es ahora más apología que seis meses atrás? Jugar con la ley es siempre peligroso, aunque sea para bien, dado que el enemigo también puede hacerlo. La mejor técnica con las malas leyes consiste en modificarlas.