John Nasbitt, el genio de las Megatendencias, aseguraba que para saber lo que sucedía en el mundo no había que leer los grandes rotativos ni ver la CNN: él aconsejaba leer la prensa local y escuchar emisoras de radio y TV locales. Y eso que el pobre ni se había planteado la enorme fragmentación de Internet.

No se trata de prensa regional, pero sí de una nota realizado por un redactor o colaborador local (de Asturias, para ser exactos) acerca de algo muy global: el Foro Social Mundial, que comienza en la capital de Kenia, Nairobi, el sábado 20 y terminará el próximo día 25.

Lean atentamente porque la nota es clara, concisa, concreta e ilustrativa. Por una parte, nos encontramos con una coordinadora de ONG, movimiento en principio de lo más diverso, que lo mismo puede dedicarse a la elevación del nivel de vida de las mujeres que a los emigrantes o al salvamento de especies animales no humanas, quiero decir, amenazadas-. Sin embargo, algún nexo común deben de tener, dado que son capaces de otorgar su representación nada menos que a doña Ana Suárez González (muy asturiano, por cierto, el apellido Suárez). Según yo lo veo, el nexo común de entidades tan curiosas, no es su definitorio carácter no gubernamental, dado que el único problema de las prestigiosas siglas ONG es que les sobra la letra N. Todo el dinero que manejan las ONG, empezando por la más voluminosa, la Cruz Roja, y con la excepción de las ONG cristianas, por ejemplo Cáritas, proceden de los presupuestos públicos, es decir, de nuestros impuestos, ese dinero que administran los gobiernos, justamente la letra G. Tanto es así, que no podía faltar en la excursión el director de la Agencia Asturiana de Cooperación del Principado de Asturias, don Rafael Palacios, a quien me imagino, al igual que a doña Ana Suárez, como hombres capaces de realizar un largo, larguísimo, seguramente agotador, viaje a Nairobi si con ello se contribuye al desarrollo sostenible.

El otro dato vital que aporta la nota local de Europa Press es el número de delegados que asisten al Foro Social Mundial: 150.000. Se supone que todos tendrán algo que aportar al evento, algún mensaje que lanzar al mundo. Ahora bien, aunque nunca he confiado en exceso en las matemáticas, podemos llegar a la conclusión de que 6 días equivalen a 144 horas, o 8.640 minutos. Suponiendo que el Foro no descanse jamás la degradación del planeta es un pavoroso incendio que no permite descanso nocturno a los bomberos honrados- nos sale que cada 17,36 delegados disponen de un solo minuto para exponer sus tesis (no soy responsable del troceo de delegados oenegeros: me ocurre lo mismo que a doña Ana Patricia Botín cuando afirma, seria y circunspecta, que abre sucursales de Banesto a razón de 2,7 empleados por oficina, de lo que debe deducirse que uno de cada tres empleados del Español de Crédito es manco).

La segunda cuestión es la que se convertiría en la primera pregunta que formularía el padre de la precitada Ana Patricia, que responde al nombre de don Emilio : ¿Quién paga y cuánto cuesta? Porque trasladar a Nairobi a 150.000 personas, viaje, estancia y algún que otro regalo, sólo podemos permitírnoslo en España dos personas: el precitado Emilio Botín y el abajo firmante, yo mismo.

Vamos con el quién. Pagar el Foro Social, lo que se dice pagar, pagan muchos, pero todos ellos unidos, asimismo, por un glorioso lazo común: todos los que lo pagan son organismos públicos, que viven con dinero de los impuestos que pagan los particulares: Naciones Unidas, gobiernos, regiones, ayuntamientos, etc. Es decir, que los que caracteriza a las ONG no es su carácter gubernamental, sino que funcionan con el dinero de los demás, con el suyo y el mío.

Naciones Unidas, durante el reinado de Kofi Annan (su sucesor, el coreano Ban Ki Moon, a la vista de los nombramientos realizados no es igual, es peor), intentó lanzar el Parlamento global de las ONG, un humanitarismo global de largo alcance y altísimo coste. Y es que al Nuevo Orden Mundial (NOMN) le encanta las grandes concentraciones, la sensación de que todo la humanidad está representada allí, aunque para ello sea necesario llevar a Nairobi a toda la humanidad. El dinero no es problema, porque no es suyo, sino de los demás. Pues bien, mientras llega el susodicho parlamento, tenemos el Foro Social, para hacer boca.

Foro que se enfrenta al otro Foro, el Foro de la Economía Mundial o Foro de Davos, donde van los ricos pagándose ellos el hotel, lo que supone les da otra prestancia aunque yo sospecho que quien realmente paga son los gastos de representación de la firma. Vuelvan a la nota local de Europa, y verán que entre los objetivos del Foro Social, el de la Izquierda, figura el de liberar al mundo del capital financiero y multinacional. Yo juraría que lo de capital financiero, como lo de mujer inteligente, es una reiteración, aunque, a cada uno lo suyo, en efecto, todo capital es muy multinacional.

De cualquier forma, si lo pensamos mejor, el Foro Social y el Foro de Davos tampoco se diferencian tanto. El financiero se distingue del empresario en que mientras éste se dedica a producir, aquel se dedica a comprar y vender. Por aquello de la globalización, y de la natural tendencia del capitalismo al oligopolio, resulta que los grandes flujos de dinero que cruzan el orbe terráqueo se arraciman en pocas manos. Un gestor de fondos o un banquero manejan mucho más dinero que el que podría enterrar en su casa de campo; maneja, en resumen, el dinero de los demás. Igualito que las ONG, sólo que con una diferencia: en el Foro de Nairobi están los que manejan el dinero de nuestros impuestos, en el de Davos los que manejan el impuesto de nuestros ahorros. Y eso precisamente tienen en común: que el dinero es nuestro. Bueno, al menos por el momento.

Eulogio López