Es verdad que las cumbres iberoamericanas han servido para prestigiar a la dictadura castrista, al introducir un sistema totalitario entre regímenes democráticos, y además con el dictador cubano convertido en estrella mediática. Además, la prensa española, y en general la europea, ha sido demasiado condescendiente con Castro y no ha ayudado a la perseguida oposición isleña. A ello ha colaborado a cada uno lo suyo- la profunda división de la oposición al tirano. Durante la última década, Internet se ha convertido en la principal caja de resonancia de la oposición al Régimen de la Habana, justo en el momento en el que la vida de Castro toca a su fin.

La página Misceláneas de Cuba, una más dentro del a oposición democrática al castrismo, hace referencia a la campaña de uno los grupos disidentes en Montevideo, bajo el sugerente lema Yo no coopero, yo sí quiero el cambio.