Al menos eso es lo que sostiene el Gobierno

No estará pues en la agenda de la presidencia europea. Y eso a pesar de que este jueves Mrs. Pesc, Ashton urgiera a un cambio de posición si Estados Unidos también giraba. En cambio, para la diplomacia española es mucho más delicada la situación de Honduras. Delicada porque el Gobierno se va a ver obligado a dar marcha atrás a unas posiciones maximalistas. La razón de esa marcha atrás es clara: las elecciones han sido limpias, han participado todos los que querían, ha habido un 60% de participación. Y sobre todo: han sido reconocidas por los Estados Unidos y Francia, Alemania e Italia están empezando a modificar su discurso. España probablemente sea el último país en reconocer a Honduras. Y assí, de nuevo, conseguiremos hacer el ridículo en el mundo.