En UGT se asumirán las responsabilidades políticas. Esto te honra Cándido Méndez. Ahora bien, yo tenía entendido que dirigía un sindicato, no un partido político. Quizás ese sea el problema de los sindicatos, que llevan muchos años ejerciendo como partidos políticos, con todas las virtudes que adornan a las formaciones políticas. 

Por ejemplo, la lejanía de las bases. Los políticos no conocen a sus votantes y los sindicalistas no conocen a sus trabajadores. Viven en un mundo especial, lleno de colaboradores que se encargan de sus dietas, viajes, hoteles, aviones, etc. Se olvidan de que nacieron para servir a los proletarios de la misma forma que los políticos se olvidan de que lo son para servir a los ciudadanos.

Y, naturalmente, acaban en la corrupción, en esa corrupción pequeña pero permanente, que acaba por parecer lógica, habitual y no inmoral.

El problema de fondo es ese: que los sindicatos han traicionado su origen y su sentido. Con ello, han traicionado su historia. Comparado con este pecado mortal, lo de las mariscadas es una anécdota. Lo mismo que los sobresueldos de Bárcenas es una anécdota ínfima, comparada con un Partido Popular, nacido de la democracia cristiana, que hoy se avergüenza de su origen. Todo un proceso de corrupción.

Eulogio López

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