Sr. Director:

Veo con preocupación que la jerarquía española se preocupa más por la unidad de España (ver las últimas declaraciones de Mons Cañizares) que por la vida de miles de españoles que mueren cada año en los abortos.

Ninguna manifestación, ninguna prioridad en el trabajo diocesano, ninguna cadena de concentraciones, ninguna carta pastoral, ninguna prioridad en las webs de las diócesis o de la Conferencia Episcopal, ninguna línea de trabajo preferente en la misma Conferencia: sólo silencio.

Mientras, se habla de política, pues la unidad de España no es ningún bien moral. Me duele disentir de mi jerarquía, pero en todos los manuales y escritos morales que conozco de la Iglesia no veo nada que diga que la unidad de un país sea un bien moral.

Se puede ser igualmente católico defendiendo la independencia de Navalcarnero o la unidad de España. Y que conste que no soy independentista de nada, pero prefiero una España dividida pero respetuosa con la vida desde la concepción hasta la muerte natural.

El atroz genocidio que cada año sucede en España sí es un mal moral, y el silencio de los Pastores hace que las ovejas vayan muriendo y que los demás fieles se cautericen y asimilen como algo normal los abortos. Sólo loables iniciativas laicas mantienen encendida la vela, con la sordina de la Conferencia Episcopal.

Su silencio cobarde apaña la verdad que nos oprime, como dice la canción.

Cuando los pastores duermen el rebaño es atacado y las ovejas mueren.

Elias Torres

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