General Motors amenaza a La Comisión Europea: si no permitís que el Gobierno alemán otorgue subvenciones a Magna no se lo vendo.

Un farol, claro, porque GM no vende OPEL porque quiera, sino porque lo necesita.

Pero esa no es la cuestión. La cuestión es que GM quiebra por lo que se ve obligada a vender activos. Se lo vende a una fábrica de componentes listilla y un banco ruso aún más listillo, Magna, que para hacerse cargo de OPEL exige subvenciones a todo pasto del Gobierno alemán. Con tal de no perder popularidad antes de unas elecciones generales, el Ejecutivo Merkel ofrece todo lo que le piden y más, dejando claro que paga para que no se reduzca mano de obra en Alemania, sino, por ejemplo, en Reino Unido y España. La comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, habla de igualdad de mercado y amenaza a Alemania con una investigación, amenazas que siempre preocupan mucho a un Gobierno tan sensible como el prusiano. Al final, en Figueruelas están en huelga.

Este es el capitalismo global: son los gobiernos, con dinero público, no la eficacia, lo que decide quién se lleva el gato el agua. Y son las multinacionales las que subastan entre países y unidades supranacionales, su buen hacer -supuesto buen hacer- bajo la amenaza de siempre: si no me das dinero para reflotar te dejo una ristra de desempleados. Esto es: o me subvencionas a mí o subvencionas a tus parados.  

¡Joe con el liberalismo!

Eulogio López

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