Rubalcaba impone la doctrina socialista para tomar el poder en las privatizadas: lo que digan los accionistas. Además, alaba a Alierta, FG y Pizarro para tranquilizar los mercados. Si Repsol YPF va a por Endesa, Iberdrola deberá dar un paso hacia delante, pero a Brufau no le gusta el plan.  

Se vieron días atrás, a solas, Francisco González, presidente del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), y José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno. Para FG, fue el comienzo de una gran amistad, aunque otros dudan de su optimismo. Lo cierto es que en esa reunión se decidió el futuro del presidente de Repsol YPF, Alfonso Cortina, no olvidemos que BBVA es el segundo accionista de la petrolera después de La Caixa, que ha tomado el poder en la compañía.

La tarde del martes 26 y la mañana del miércoles 27, una vez que los hombres fuertes de La Caixa habían lanzado el órdago, el ahora ex presidente de Repsol no sólo se puso en contacto con el Gobierno, sino con el BBVA. Enseguida comprendió que su suerte estaba echada y que tanto los dos grandes accionistas como el Gobierno habían decretado su sentencia de muerte. De esta forma, puede decirse que FG ha expulsado por dos veces a Cortina. La primera ocurrió cuando le echó de consejero del BBVA, junto a los Entrecanales, Koplowitz, etc. En aquel entonces, FG le dijo a Alfonso Cortina ser muy consciente de que él no era culpable de nada, pero que si todos los antiguos consejeros del BBVA habían cobrado un dinero fiscalmente opaco, a pesar de desconocer esta condición, lo mejor era que se marchase. Cortina regresó a la base preguntándose que si no había hecho nada malo, ¿por qué le echaban?

En definitiva, el pacto de sangre entre Zapatero y FG es la razón por la que, como informábamos días atrás, FG advirtiera al todo Madrid que se sentía muy seguro con el nuevo poder socialista. El actual presidente del BBVA, nombrado en su día por Rodrigo Rato presidente de Argentaria, está eufórico.

A lo mejor no debería. Alfredo Pérez Rubalcaba, portavoz parlamentario del PSOE, más conocido por Rasputín, ha hablado hoy en la cadena Punto Radio, con Luis del Olmo. El jefe de la muy leal oposición, Mariano Rajoy, comentó en su día que, tal y como se está poniendo la política española, ahora va a resultar que Rubalcaba es Santa Teresa de Jesús.

Pues bien, don Alfredo no defraudó. Naturalmente, según Rubalcaba, el Gobierno es totalmente ajeno a la salida de Cortina, pero dijo algo más. En primer lugar, que la salida de un presidente es decisión soberana de los accionistas. Naturalmente esto es mentira, porque los consejeros no representan al accionariado sino legalmente, pero eso es lo de menos. De la mentira hay que sacar verdad, y lo que Rubalcaba quiere decir es que el PSOE institucionalizará el sistema Repsol YPF para cargarse a los presidentes nombrados por el PP utilizando a los accionistas caracterizados.

En segundo lugar, para tranquilizar el ambiente, y especialmente los mercados, Rubalcaba, sin el menor asomo de sonrisa, advirtió que los accionistas quieren estabilidad y que en el reto de las empresas (es decir, Telefónica, Endesa y BBVA) las Presidencias lo están haciendo muy bien. Es decir, tranquilizaros, FG, Alierta y Pizarro, que lo vuestro está asegurado.

Naturalmente, los accionistas no tenían razones para echar a Cortina de Repsol YPF, pues la petrolera marcha estupendamente bien, y, naturalmente, si los accionistas de Telefónica, Endesa y BBVA cambiaran de opinión sobre la marcha de sus sociedades, su muy soberna decisión podría provocar cambios.

En definitiva, pudiera ser que FG tuviera que tragarse en el futuro la famosa frase de que Roma no paga traidores.

Por lo demás, la operación continúa. Es cierto que Gas Natural ha luchado por convertirse en una eléctrica, pero que le agradaría mucho ir más deprisa. Por ejemplo, absorbiendo Endesa. Ya hay quien tiene diseñado el organigrama, al menos en la Generalitat catalana: Repsol YPF, más Gas Natural, más Endesa, con Ricardo Fornesa como presidente, Manuel Pizarro como vicepresidente y Antonio Brufau como consejero delegado. Ni el Servicio de Defensa de la Competencia, ni el Banco de España dirían nada: lo avala el Gobierno catalán, que manda mucho más que el Gobierno de España.

Eso sí, a quien no le gusta la idea sigue siendo al mismo que no le gustó en su día, cuando fue filtrado al diario El País: al propio Antonio Brufau, nuevo presidente de Repsol YPF. En ese caso, claro está, Iberdrola debería mover ficha.