Más que interés, el discurso pronunciado por el presidente de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) durante la entrega anual de los Premios Tintero y Secante provoca regocijo interno, una hemorragia de placer. Es corto, y recomiendo su lectura detenida.

No sólo porque insiste en que los periodistas no somos sujetos de mercado y porque los políticos intentan amordazar a la prensa económica culpándola de las reacciones que sus noticias puedan poner en bolsa. Recuerden que aquí lo que está en juego es la verdad y la libertad. En otras palabras, en toda Europa vivimos un peligroso movimiento que tiende a castigar a los periodistas económicos, no cuando mienten, no cuando sirven a intereses espurios, sino cuando dicen la verdad. Porque al poder la verdad le importa poco, pero la correcta formación de los precios en los mercados financieros le preocupa muchísimo. En definitiva, que el poder -políticos, reguladores, intermediarios y editores- les preocupan los valores... los valores bursátiles.

Pero en esta ocasión Boixadós ha pedido algo más: ha pedido a los editores que defiendan a los periodistas de las presiones de poderes públicos y empresas privadas. Es decir, que el enemigo de la libertad de prensa, parte relevante de la libertad de expresión -una vez más, cada vez más- no está delante, sino detrás. O al lado, según se mire.

Pasen y lean.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com