Liu Xiaobo premio Nobel de la Paz no podrá recoger su premio. La tiranía china no se lo permite y el mundo se escandaliza a gusto.

Ahora bien, el mundo calla y sigue comerciando con la tiranía, los líderes occidentales se inclinan ante Pekín y las empresas occidentales suspiran por hacer negocios con el corrupto sistema autoritario oriental.

Entonces, ¿de qué se quejan? Lo único que ha hecho Pekín es consagrar lo de un país, dos sistemas. Sistema político comunista, que asfixia las libertades, tanto religiosa como de expresión, y sistema económico capitalista, que ha convertido al gigante oriental en una potencia a costa de explotar a sus ciudadanos.

¿Que no es posible condicionar la economía a la democracia? Pues entonces no condicionemos la libertad a la economía. Además, puede que no sea posible borrar las relaciones políticas y pecuniarias pero, al menos, lo que sí se puede, siempre, en cualquier momento, es hablar: no callar ni debajo del agua. Si hay algo que la soberbia del tirano no soporta es la crítica.

Eulogio López

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