Remite su oposición fehacientemente mediante burofax a la vicepresidenta De la Vega y a Patrimonio Nacional.

En el mes de marzo Patrimonio Nacional remite una carta ordinaria a la abadía del Valle de los Caídos asumiendo su autorización a la retirada de la estatua de la Piedad de la Basílica. La respuesta del abad se produce el 4 de marzo mediante burofax donde indicaba la negativa rotunda al desmontaje de la Piedad. Posteriormente se entregó en registro de PN dos informes. En uno se justificaba técnicamente la no conveniencia del desmontaje de la estatua. En otro, se aseguraba la estabilidad de la Basílica, hecho necesario desde el momento en que el subsecretario de Presidencia, Juan José Puerta, lo había puesto en cuestión el pasado 22 de diciembre de 2009. Esta fue la razón por la que se cerró temporalmente la Basílica. Primero la Basílica amenazaba ruinas; después fueron los Evangelistas de la base de la Cruz los que amenazaban con caerse; por último, es la Piedad la 'excusa' para el cierre del templo. Es verdad que se puede entrar al oficio eucarístico por la puerta de la hospedería. Pero hay que realizar tales 'excursiones' que desaniman al más pintado. Y sobre todo, que el recinto queda cerrado para el conjunto de los turistas. ¿Razón? En realidad ninguna.

Sigamos con la cronología. Posteriormente, el pasado 9 de abril, ante la insistencia de PN en el desmontaje de la Piedad, el abad remite por burofax su negativa fehaciente ante la vicepresidenta De la Vega y ante el presidente de Patrimonio Nacional. Y para más seguridad, deja también constancia de su oposición en el registro de PN y de vicepresidencia. En resumen, no hay ninguna duda de la oposición del abad al desmontaje de la Piedad, a pesar de que desde El País se descuelguen afirmando que la abadía ha dado su consentimiento. Falso de toda falsedad.

Y lo más importante: ¿Por qué el abad se opone a la retirada de la Piedad? En primer lugar, por razones técnicas. La estatua puede ser reparada 'in situ' comos se ha hecho siempre, sin necesidad de poner en riesgo la obra escultórica. Pero sobre todo porque la abadía sospecha que lo que está detrás del desmontaje de la Piedad y del show mediático del lunes no es sino el cierre del templo con el objetivo último de su desacralización para realizar el ansiado museo de la memoria histórica. Lo malo es que el Valle está catalogado por la Ley de Memoria Histórica como lugar de culto y enterramiento, no como un museo.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com