Lo firmó él, pero no le gustó nada firmarlo. Juan González-Cebrián, responsable de Comunicación de la Casa Real española, envió al diario El Mundo un lacónico desmentido sobre un reportaje publicado en este periódico acerca de la presunta anorexia de la Princesa de Asturias, doña Letizia Ortiz Rocasolano.

Cebrián era partidario de no responder en ningún caso, pero el empeño de la propia doña Letizia fue tal que hubo de enviar un desmentido (algo inusual en Zarzuela) afirmando que es absolutamente falso que... padezca dicha enfermedad.

El equipo de imagen lleva muchos meses intentando dulcificar la imagen de la futura reina de España, sin apenas conseguirlo. Además, el rumor de la anorexia parece haber surgido de forma popular, dado que la esposa de SAR Felipe de Borbón es popularmente conocida como la flaca.

Por si fuera poco, la decisión de la soberana británica, Isabel II, ha complicado aún más la imagen de los futuros Reyes de España. Como se sabe, la soberana de aquel país ha dejado claro que Camila Parker-Bowles, católica y separada, será la esposa del Rey, pero no Reina de Inglaterra. Un parangón que SM Juan Carlos I no ha querido explotar, al aceptar la boda del heredero al trono con una divorciada, que será Reina de España, no Reina consorte. Si a todos estos líos unimos que los Reyes no esperan descendencia, el asunto se complica más. Además, dependiendo de si el heredero es niño o niña, la urgencia por modificar la Constitución en este punto será mayor o menor.

En cualquier caso, la imagen de doña Letizia y de la institución monárquica se ha convertido en la principal tarea en el Palacio de la Zarzuela.