• El presidente ecuatoriano recorre la selva de Sucumbíos para mostrar a la prensa daños medioambientales causados por la petrolera estadounidense.
  • Esa misma prensa a la que Correa trata de amordazar.
  • Pero lo cierto es que las petroleras deben respetar el medioambiente.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa (en la imagen), ha recorrido la selva de Sucumbíos, ubicada en la frontera con Colombia, para mostrar a la prensa los daños causados por la petrolera estadounidense Chevron en el medio ambiente.

El presidente ecuatoriano ha denunciado que "utilizaron técnicas anacrónicas para llenarse los bolsillos de dinero sin importarles la contaminación", recordando que, tras su salida del país, Texaco (propiedad ahora de Chevron) dejó 18 millones de galones de residuos tóxicos y unas mil piscinas en la región abandonadas irresponsablemente. "Esta contaminación se pudo evitar", comentó el gobernante ecuatoriano, que denunció que cuando Texaco tuvo la responsabilidad de remediar "cubrieron las piscinas engañando a autoridades y pobladores", dijo.

Quizá con un punto de exageración, Correa afirmó: "Este es uno de los desastres más grandes de la historia de la humanidad". "Imagínense cómo dejaron esto si después de 30 años el petróleo sigue aquí. Por eso hay tanta incidencia de cáncer en la zona", ha apuntado, según informa la agencia de noticias Andes.

El presidente ecuatoriano ha iniciado una campaña contra la petrolera, a la que ha denominado "la mano sucia de Chevron". Por eso, caminó entre el petróleo derramado en el paraje natural y lo tocó, enseñando a los medios de comunicación sus manos manchadas de crudo. Esos mismos medios de comunicación de los que ahora pretende servirse para sus intereses son los que, cuando no le critican, los intenta amordazar. Pero ese es otro tema.

El caso se remonta a la década de 1990, cuando los habitantes del lago Agrio denunciaron a Texaco, adquirida por Chevron en 2001, por contaminar la selva y sus acuíferos con cientos de vertidos entre 1964 y 1992, provocando daños en el medio ambiente y en la salud pública, incluidas muertes por cáncer. Chevron, por su parte, sostiene que los pozos donde se realizaron los vertidos tóxicos fueron limpiados y que sus actividades no son responsables de ninguno de los daños causados al medio ambiente y a la salud pública.

Un tribunal ecuatoriano condenó en 2011 a la empresa estadounidense a pagar 18.200 millones de dólares (13.732 millones de euros) que, debido a su negativa a hacerlo, han ascendido a 19.000 (14.335). Chevron, que ya no tiene intereses en Ecuador, ha tratado por todos los medios de evitar el pago, llegando incluso a presentar una denuncia ante un tribunal federal de Nueva York contra los demandantes y sus abogados, argumentando que el veredicto se obtuvo mediante fraude, informa Europa Press. Además, la petrolera inició un proceso de arbitraje en La Haya y ha calificado la campaña impulsada por Correa como un "show mediático".

Correa podrá tener muchos defectos como gobernante. Pero lo cierto es que las petroleras deben respetar el medioambiente y no ir solo a por el dinero, sin importarles nada más.

José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com