No han servido para crear empleo y los fondos podrían dedicarse a medidas más eficaces El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, estaba muy disgustado de que los empresarios no pusieran en valor las bonificaciones a la Seguridad Social para la contratación de parados. Es decir, la capitalización del paro en forma de cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. En su comparecencia parlamentaria de este verano, sugirió que algunas bonificaciones deberían de corregirse a la luz de los resultados.
Pero Trabajo ya cuenta con un documento en el que plantea abiertamente que las bonificaciones no han dado el resultado apetecido: no han permitido crear empleo como se pretendía. Así que ahora la política que se plantea es la de la marcha atrás. Como en la paga de los 400 euros. Se pretende tener ese dinero para políticas que resulten más eficaces para crear empleo.
Y en esas se está. Así que, empresarios, temblad. Porque probablemente se dediquen esos fondos para políticas pasivas de empleo. El discurso del Gobierno está claro: la prioridad es proteger a los trabajadores que se han quedado sin empleo. Y eso a pesar de que sólo el 25% de los parados tienen una alta ocupabilidad, según el propio ministerio de Trabajo. Da igual. El modelo es Argentina: ñoquis para todos. Que para eso está la clase media: para financiar el modelo.