Los nacionalistas defienden que la Constitución Europea no garantiza el peso de los pueblos al que aspiran. Por esta razón, las bases convergentes se revelaron el pasado verano y propusieron un documento de censura del Tratado de Constitución Europea, que, finalmente, fue rechazado por el buró convergente. No tiene fácil Artur Mas explicar el apoyo de CiU al texto del Tratado. Pero lo intenta.

En primer lugar, explica que, por vez primera, las autoridades comunitarias no pueden argumentar aquello de dígaselo a su Gobierno porque ellos son los primeros que no quieren. Ahora, según Mas, hay que aprovechar el interés del Gobierno de apuntarse un tanto en ser los primeros para avanzar en el reconocimiento de Cataluña.

El segundo argumento es que el tema nacional no es el único y que la construcción nacional requiere paciencia y perseverancia. Tiene gracia que diría Rajoy- que Mas hable de camino de largo alcance y que el camino no está hecho para impacientes, y, al mismo tiempo, denoste la posición financiera de Maragall, que defiende el modelo de pagar por renta y recibir por población.