Sr. Director:
Como es bien sabido, en algunos países se está produciendo una auténtica persecución religiosa que ha ocasionado numerosas víctimas y graves daños materiales en las comunidades cristianas, que amenaza seriamente la supervivencia de las mismas, incluso en aquellas tierras donde nació el Cristianismo.

 

Constatamos, con grave preocupación, que la libertad religiosa está siendo objeto de agresión en los últimos años desde distintos flancos, con creciente virulencia en algunas partes del mundo. A veces se trata de mayorías que imponen su concepción de la vida a las minorías y pretenden eliminar el disentimiento.

Otras veces se trata de minorías intolerantes que tratan de imponer a la mayoría un espacio público del que se hayan extirpado las expresiones de religiosidad vivas en una sociedad. Nadie puede pretender que la práctica religiosa quede limitada al ámbito privado.

Jesús Domingo Martínez