El secretario de Organización del PSOE, José Blanco amenaza (mañana del lunes 30) a los republicanos independentistas de ERC: si no aprueban el Estatut tal y como se ha acordado con CiU, podría romperse el Tripartito. La verdad es que es un farol, porque el Tripartito no lo pude romper el PSOE, sino el PSC, y sólo Pasqual Maragall pude convocar elecciones (y no tiene la menor intención: está encantado de sentarse en el sillón de Presidencia)

Lo que ocurre es que, como ya advierte Carod-Rovira, ERC tiene poco margen, sí, pero no quiere perder poder, ni un solo cargo, por lo que transigirá con cualquier Estatut, por muy aguado que esté, que tampoco lo está tanto. Al mismo tiempo, Zapatero está obligado a intentar hacer todo lo posible para contentar a su nuevo socio, CiU, pieza clave para aislar definitivamente al PP y conseguir la segunda fase de acoso al primer partido de la oposición: que pase a ser visto no ya como un partido de centro derecha, sino de ultraderecha. Y CiU quiere retomar la Generalitat a través de la convocatoria de unas elecciones anticipadas. A cambio de eso, gozoso le daría a Zapatero los dos ministros que ofrece para el Gobierno, con Duran Lleida a la cabeza.

Por tanto, estamos ante un paripé. ERC tendrá que ceder, y cederá, al acuerdo PSOE-CiU. Eso sí, hay que escenificar la postura de cada cual. Así que Blanco bien puede colocar a ERC entre la espada y la pared: este es un partido amañado, en el que todos saben el resultado final.